viernes, 1 de octubre de 2010

Pingüino fosil


DESCUBREN UN PINGÜINO

FÓSIL GIGANTE EN PERÚ


Paleontólogos estadounidenses, peruanos y franceses han descubierto el primer pingüino extinguido con restos de escamas y plumas en buen estado de conservación. Este fósil de 36 millones de años, hallado en la Reserva Nacional de Paracas (Perú), demuestra que las plumas del ahora conocido como pingüino gigante eran marrón rojizo y gris, diferentes del plumaje blanco y negro con aspecto de “esmoquin” de los pingüinos actuales. El fósil de la especie Inkayacu paracasensis medía un metro y medio y muestra que hubo una evolución temprana de la forma de las aletas y las plumas. Sin embargo, el patrón de color de los pingüinos actuales es “probablemente” una innovación más reciente. Al igual que los pingüinos actuales y a diferencia de las demás aves, las plumas de las alas de Inkayacu paracasensis tenían una forma radicalmente modificada, muy ajustadas y acumuladas unas sobre otras, formando aletas rígidas y estrechas. Sus plumas corporales tenían los cañones anchos, un rasgo que a los pingüinos actuales les permite estilizar el cuerpo.

Ciertos colores de las plumas de las aves proceden del tamaño, forma y disposición de nanoestructuras llamadas melanosomas. Para reconstruir los colores de las plumas del fósil de pingüino, Matthew Shawkay y Liliana D’Alba, coautores del estudio e investigadores en la Universidad de Akron, han comparado los melanosomas obtenidos del fósil con un banco de datos sobre las aves actuales para deducir su color, distinto del negro.

Según explican los científicos, el tamaño, forma y disposición únicos de los melanosomas de los pingüinos actuales alteran la microestructura de las plumas a nano y microescala. La melanina contenida dentro de los melanosomas confiere a las plumas resistencia al desgaste y a la rotura. No obstante, también es posible que los colores de los pingüinos hayan cambiado por razones completamente diferentes, relacionadas con la aparición posterior de depredadores primarios de los pingüinos extinguidos, como las focas, o con otros cambios en los mares de finales del Cenozoico.

Las escamas de las patas del animal le dieron el apodo de “Pedro”, por la novela colombiana Pedro, el escamoso. En Noviembre, Pedro será presentado al público en el Centro de Interpretación de Paracas de la Bahía de Paracas, donde se exhibirá junto a una réplica en tamaño natural.


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