Fuente: https://espanol.radio.cz
Autor: Dominika Bernáthová , Ruth Fraňková
Escuchalo aquí: "Esta madre tiene garras”
La vida del escritor Franz Kafka estuvo estrechamente vinculada con la ciudad de Praga. En este episodio de la serie Tras las huellas de Franz Kafka descubriremos los lugares donde Franz Kafka vivió, trabajó, creó su obra literaria, y también donde pasaba su tiempo libre.
"Praga no te suelta. A ninguno de nosotros. Esta madre tiene garras.
Uno tiene que someterse, o... Tendríamos que incendiarla por los dos
lados, por Vyšehrad y Hradčany, y solo después podríamos escapar".
Con estas palabras describió Franz Kafka su relación con Praga en una carta a su amigo Oskar Pollak. Kafka pasó casi toda su vida en la capital checa, que actualmente conmemora el legado del escritor a través de un museo, una galería y una plaza que llevan su nombre.
Ganas de irse a Italia
Franz Kafka inició su primer trabajo en 1907, a los 24 años de edad, en la sucursal praguense de la aseguradora italiana Assicurazioni Generali. Su oficina se encontraba en un majestuoso palacio neobarroco situado en la esquina de la plaza de Venceslao con la calle Jindřišská, explica para Radio Praga Internacional Judita Matyášová, autora del libro En el camino con Franz Kafka.
“Este empleo se lo consiguió uno de sus tíos a través de diversos contactos comerciales. Kafka se lo tomó con mucho pragmatismo. Le llamó la atención que la empresa tuviera su sede en Trieste, en Italia, junto al mar. Pensó que si era bastante trabajador y aprendía italiano, podrían enviarle a la sede central de esta aseguradora”.
Su viaje a a Italia no se realizó, ya que Kafka no permaneció en la
empresa ni un año. El edificio de su primer trabajo hoy parece casi
igual que en la época de Kafka, pero sus interiores han cambiado
significativamente. El fotógrafo Jan Jindra logró localizar el despacho
original de Kafka y captarlo con su objetivo antes de su reconstrucción,
cuenta Matyášová.
“El edificio es bastante extenso; hay varias escaleras y muchos
pasillos y corredores. Jan Jindra identificó la oficina de acuerdo con
la descripción de Kafka. Fue una de las pocas veces en las que se captó
un lugar auténtico de Kafka. Algunos otros lugares clave han
desaparecido. En Praga seguimos bastante bien. Pero, por ejemplo, en el
centro de París, a pocos minutos del Louvre, hace unos años demolieron
el hotel donde se alojó Kafka".
Mientras empezó en su primer empleo, Kafka vivió con su familia en el
cuarto piso del edificio modernista U Lodi, situado en el solar del
antiguo gueto judío, al final de la calle Pařížská, a unos cientos de
metros de la Plaza de la Ciudad Vieja. El edificio ya no existe, ya que
fue destruido al final de la Segunda Guerra Mundial durante los combates
del Levantamiento de Praga. Hoy se alza en su lugar el conocido hotel
InterContinental.
Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de sueños
inquietos, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso
insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón
y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco,
dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia
apenas podía mantenerse la manta, a punto ya de resbalar al suelo. Sus
numerosas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de
su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos. "¿Qué me ha
ocurrido?", pensó. No era un sueño.
En 1912, Kafka escribió en el apartamento de su familia su obra
mundialmente famosa "La Metamorfosis", que representa una de sus pocas
obras literarias sobre la que sabemos dónde transcurre, explica Judita
Matyášová.
“Kafka nunca quiso explicar dónde transcurren sus historias. De hecho, en ninguno de sus textos literarios, con una sola excepción, encontramos el nombre del lugar. Según el kafkólogo alemán Reiner Stach, el apartamento situado en la esquina de la calle Pařížská y la ribera del Moldava es efectivamente el lugar donde se desarrolla la historia de La Metamorfosis, y su libro incluye una descripción de dónde y qué había en el apartamento, incluido un plano. Era sin duda un apartamento burgués grande y muy estructurado, con varias habitaciones y un cuarto para el servicio, y Kafka tenía vistas al río”.
Kafka era deportista
Enfrente de su hogar, cruzando el río, se encontraba la piscina pública que Kafka visitaba desde su infancia. No era aficionado solamente a la natación, sino también al remo, cuenta Judita Matyášová.
“Esto también está relacionado con el hecho de que era muy deportista. Mucha gente cree que Kafka estuvo enfermo toda su vida, pero yo diría que en comparación con sus amigos, por ejemplo Max Brod, estaba en una condición física mucho mejor. Daba largos paseos, no sólo por Praga, sino también fuera de Praga. También se dedicaba a trabajo físico. Tenía un trabajo a tiempo parcial en una tienda de jardinería en Nusle y también frecuentaba el Instituto Pomológico de Troja. Así que también era jardinero, poca gente asocia eso. Creo que ilustra muy bien la diversidad de sus intereses”.
Cine y cafés
Gracias al libro del escritor alemán Hanns Zischler, sabemos que a Kafka le gustaba mucho ir al cine Ponrepo, situado entonces en la calle Karlova, y al cine Lucerna. También frecuentaba cafeterías, especialmente Arco, situada cerca de la Estación Masaryk, y el Café Louvre, en la Avenida Nacional. En su tiempo libre disfrutaba también en los parques Riegrovy Sady y los Jardines de Chotek, que ofrecían una magnífica vista de Praga. En su diario escribió sobre uno de estos paseos: “El lugar más hermoso de Praga. Los pájaros cantaban, el castillo con su galería, los viejos árboles engalanados de hojas, la oscuridad...”.
Además de en la Ciudad Vieja, los barrios de Nusle y Troja, las huellas de Kafka se encuentran también en la calle Bořivojova, en Žižkov, prosigue Judita Matyášová.
“Justo antes de la Primera Guerra Mundial la familia de Kafka compró
una fábrica de asbesto situada en ese lugar y decidieron que Franz
sería el socio silencioso. Así tendría unos ingresos regulares y podría
dedicar más tiempo al trabajo literario. Sin embargo, tras el estallido
de la Primera Guerra Mundial, los miembros de su familia que eran los
accionistas tuvieron que alistarse. Entonces Kafka tuvo que hacerse
cargo de la dirección de la fábrica, y eso desde luego no le convenía”.
Renunciando a la oferta, Kafka pasó el resto de su vida laboral en la Aseguradora Obrera de la calle Na Poříčí, y con bastante éxito, describe Matyášová.
“Kafka tuvo allí una interesante oportunidad. Como era perfeccionista, se interesó por el negocio de los seguros y ascendió rápidamente en su carrera, hasta encargarse de la parte más importante de nuestro territorio, las regiones de Liberec y Jablonec, en el norte de Bohemia, que eran principalmente fábricas textiles”.
El Callejón del Oro
Uno de los lugares más famosos vinculados con la presencia de Franz Kafka es la pintoresca casa número 22, situada en el Callejón del Oro, en el Castillo de Praga, que tenía alquilado su hermana Ottla.
“Ottla tenía un novio, que aún no era su marido, y querían encontrarse en algún sitio. En el apartamento familiar esto no era posible. De vez en cuando le prestaba la casa a su hermano para quien era un lugar muy importante. Era muy sensible al ruido, por lo que escribía sobre todo de noche. Así que estaba muy contento de aprovechar la oportunidad de escribir en la casa”.
La decepción de un palacio ostentoso
"Por aquel entonces regresé de Múnich con nuevo coraje y me dirigí a
la Oficina de Vivienda, donde me ofrecieron primero un apartamento en
uno de los palacios más hermosos. Dos habitaciones, una sala, la mitad
de la cual estaba amueblada como cuarto de baño. Seiscientas coronas al
año. Era como un sueño hecho realidad. Me dirigí allí. Las habitaciones
eran altas y hermosas, rojas y doradas, como en Versalles. Cuatro
ventanas a un patio tranquilo y hundido, una ventana daba al jardín. ¡Al
jardín! Cuando uno pasa por la puerta de entrada al palacio, apenas
puede creer lo que ve".
Con estas palabras describió Kafka su alegría de su nueva vivienda. No
obstante, no duró mucho, ya que al final obtuvo un apartamento
diferente, no acogedor y frío. Mientras vivía en este apartamento, se
enteró de que tenía tuberculosis. Kafka permaneció en ese hogar
solamente nueve meses, y después se fue a vivir al departamento de sus
padres en la Casa Oppelt.
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