miércoles, 28 de agosto de 2019

Ruth Shady: "Vichama y el cambio climático"






Cuando hacíamos excavaciones en sitios arqueológicos como Áspero, en el litoral, y otros en el valle de Supe, como la Ciudad Sagrada de Caral y Miraya, nos dimos cuenta de que había evidencias de superposiciones de estratos provenientes de aluviones y, sobre estos, capas de arena como señales de sequías. Entonces acudimos a expertos en cambio climático de la Universidad de Florida porque queríamos entender los cambios que se habían dado a través del tiempo, no solamente en Caral, sino en varios asentamientos de ese periodo. Empezamos a trabajar con un equipo multidisciplinario y a obtener fechados radiocarbónicos.

Detectamos que se había producido un cambio
climático hacia 1950 a. C., y que se fue intensificando. Fue como un proceso
que se habría iniciado con sismos, se
guidos por el calentamiento y deshie
los, y continuado por una prolongada
sequía, que afectó a la continuidad de
la ocupación en Caral y otros centros
urbanos en el valle de Supe. Sobre la
base de estas evidencias, empezamos
a entender los frisos que se fueron hallando en las excavaciones en Vichama. En el salón ceremonial del edificio principal de la mitad baja, en 34 frisos, los antiguos pobladores representaron seres humanos muertos que estaban con los estómagos vacíos entre dos esqueletos. También con el estómago vacío pero entre pesca- dos, se veía a jóvenes en una danza ritual, de per l, de cabeza y de frente. Entonces, con los datos científicos, hicimos las interpretaciones. Ellos dejaron en esos frisos un mensaje para que la gente no se olvidara de los efectos que tuvo el cambio climático. En esa danza ritual, los más jóvenes son representa- dos entre pescados, porque Vichama está cerca del mar; en cambio Caral está más lejos. Esto nos dice que el recurso marino los ayudó a mitigar —en cierta medida— los efectos del cambio climático.
 
Asimismo, se han encontrado representaciones en relieve de seres muertos con la boca abierta; el año pasado se encontraron frisos en otro de los edificios, también muy interesantes: dos serpientes que avanzan entre cabezas de seres muertos, que están con los ojos cerrados, y se orientan hacia una cabeza que está en la parte baja, que representaría una semilla agrícola con la boca abierta esperando la llegada del agua. La semilla muestra tentáculos
o raíces para penetrar en la tierra. 

En la cosmovisión andina las serpientes fueron asociadas al agua
de los ríos y el mensaje habría sido que estaba por llegar el agua. Posteriormente, renovaron la construcción con otro recinto donde representaron
en relieve un sapo humanizado, como avisando, también, la llegada del agua. Se trata de toda una simbología vinculada con el cambio climático, los efectos dramáticos que tuvo en los seres humanos y cómo, de algún modo, el recurso marino ayudó a mitigar sus efectos. Vichama es un sitio muy emblemático del periodo de crisis y colapso de la civilización Caral y su significado es importante para que la sociedad tenga conocimiento
de las implicancias que tuvo el cambio climático.
 
Es importante precisar que durante la misma época se produjeron sequías que asolaron el norte de Mesopotamia y forzaron el abandono de las ciudades, tal como ocurrió en Caral. En la actualidad, los especialistas en clima ya están informando que los nevados en el terri- torio altoandino están desapareciendo en más del 40 % ¿De dónde va a venir el agua en el futuro? El cambio climático es un fenómeno natural, que se repite periódicamente y que ha tenido y tendrá efectos en nuestro planeta. ¿Cuántas generaciones serán perjudicadas, cuando esa sequía puede durar hasta 130 años? Entonces hay que reflexionar para promover acciones que mitiguen sus efectos, y creo que ese es el valor que tiene el asentamiento de Vichama.

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Libro [PDF]: Los invertebrados fósiles





Esta obra de dos tomos publicados en el año 2008 representó una obra fundamental para la paleontología de invertebrados, cuyo editor fue Horacio Camacho, con Mónica I. Longobucco como editora asociada.


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Video: Enseñanza de la evolución. Detectando las adaptaciones en los pinzones de Darwin





These finches were collected from the Galápagos Islands in 1835 by Charles Darwin and his colleagues during the second voyage of HMS Beagle (1831-1836) and are now part of the Natural History Museum's collections. The different finch species on the islands are closely related to each other, but show wide variations in beak and body size and feeding behaviour.

For more on the finches, visit our website: https://www.nhm.ac.uk/schools/teachin... 


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Podcast Astronomía y algo más: [Ep.120] La verdadera historia de la Expansión Acelerada





Segunda parte de la conversación con José Maza donde hablamos de la historia de la expansión del universo hasta llegar al proyecto Calán-Tololo que fue la base para el descubrimiento de la Energía Oscura, contando la verdadera historia del descubrimiento desde la visión de uno de sus protagonistas.


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Podcast Astronomía y algo más: [Ep.102] El tamaño del universo, ¿cómo lo llegamos a conocer?





¿Qué forma tiene nuestra galaxia y por qué? ¿Cómo llegamos a descubrir la inmensidad del universo? José Maza, astrónomo y astrofísico nos cuenta sobre la historia de la cosmología, desde Isaac Newton hasta y Edwing Hubble, pasando por el gran William Hershel y todo lo que hizo, ¿Cómo se descubrió Urano?¿Cómo nos dimos cuenta de la forma de la Vía Láctea? y cómo José Maza fue parte de un descubrimiento que cambió la forma en cómo entendemos el universo.


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Por los 20 años de Andaray - Grupo de Excursionismo

ESPECTACULAR CONFERENCIA DE ANIVERSARIO
VAMOS AL INSTITUTO CONFUCIO DE LA MERCED 207
22 DE AGOSTO, 06:45 PM, 22 DE AGOSTO, 06:45 PM




martes, 20 de agosto de 2019

Vamos a la Conferencia de Aniversario de los 20 años

Cuando toca, toca
Y ahora le toca a Andaray - Grupo de Excursionismo
Me llaman por teléfono,
Yo pregunto: ¿Quién es?
Es para una Conferencia
¿A dónde, se puede saber?
Vamos al Instituto Confucio de la Merced 207
22 de agosto, 06:45 pm, 22 de agosto, 06:45 pm
Celebramos nuestros 20 años de vida
Vamos al Instituto Confucio
Vamos al Instituto Confucio
Este jueves, este jueves
Andaray en el Instituto Confucio
Vamos al Instituto Confucio
Vamos al Instituto Confucio
Se ve, se nota
Bueno, pero es correcto
Todo el mundo va a estar feliz y contento
Este jueves ahí en el Instituto Confucio de la Merced 207
Oiga pase la voz desde las 06:45 de la noche
A ver Andarayos
Caminantes todos
Y amigos que no les gusta caminar
Y mientras que caminamos
Conocemos muchos hermosos lugares
Vamos al Instituto Confucio
Vamos al Instituto Confucio
Pero póngase chévere, póngase en onda
La gente de Andaray
A salir a caminar quiere
Y como se pasa tan bien
No sé si van a regresar
Vamos al Instituto Confucio
Vamos al Instituto Confucio
Vamos al Instituto Confucio
Vamos al Instituto Confucio
Bueno mi gente linda
Conferencia de Aniversario 20 años: 22 de agosto
En el Instituto Confucio de la UCSM




Cien años de la cultura Chavín: el punto de partida de la arqueología peruana






El también arqueólogo peruano Gabriel Ramón, en una reseña sobre dicho libro publicada en el Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos, señala: “La mera presencia de un indio, como Tello, en el panteón académico peruano de la primera mitad del siglo XX, es un hecho relevante, una valiosa anomalía en la historia peruana, y aparentemente continental. Que este mismo personaje haya propuesto una lectura del pasado que todavía tiene fuerte impacto en la educación escolar, en los museos y en los manuales es aún más notable”.

Recordemos que Tello nació en Huarochirí, sierra de Lima, en una modesta familia, el 11 de abril de 1880. Desde muy niño, destacó por su inteligencia. Su traslado a la capital, durante su adolescencia, fue determinante para su formación académica. Tras terminar la secundaria en el colegio Guadalupe, ingresó a la Universidad de San Marcos para estudiar, primero, Medicina, y luego Ciencias Sociales. Más tarde realizó una maestría en la Universidad de Harvard, Estados Unidos. Y ambos centros de estudio lo impulsaron en su investigación de la historia del Perú antiguo.

La expedición de 1919, organizada por San Marcos, no fue el primer trabajo de campo de Tello, pero sí la primera que tuvo a su cargo. El arqueólogo César Astuhuamán recuerda que en 1916 Tello participó en distintos estudios de campo promovidos por la Universidad de Harvard en la zona norte del país, específicamente en Piura. “Esa fue una de las experiencias más importantes en su carrera”, dice.

Para la expedición de 1919 Tello formó un equipo compuesto por dos estudiantes de medicina, dos dibujantes de la Escuela Nacional de Bellas Artes y dos ayudantes. El historiador Raúl Hernández explica, en el artículo “Arqueólogos, huaqueros y autoridades locales en Chavín (1870-1945)”, que en este viaje hay poco trabajo arqueológico. “Tello registra los restos que están a la vista y comienza a intervenir en lo que será su principal aporte: la organización del sitio arqueológico”, añade. Sin embargo, es en este viaje que descubre el lanzón monolítico y, con ello, empieza a sentar las bases de los estudios arqueológicos en el Perú.

Hernández cuenta que Tello califica al lanzón como la obra más completa y artística del genio humano y dedica varias páginas de su libro de notas a una minuciosa descripción de cada detalle. “Por un lado, realiza una interpretación de las representaciones que le permite fundamentar su principal apuesta intelectual: el origen endógeno de la cultura andina. Por otro lado, la minuciosa descripción le sirve para defender su otra gran cruzada: la idea de que solo los arqueólogos profesionales estaban capacitados para entender el verdadero significado de los restos prehispánicos”, explica.

Cuatro fueron las expediciones a Chavín que encabezó Julio C. Tello, y muchas las anotaciones, teorías, estudios y análisis que salieron de ellas. Por ejemplo, señaló que Chavín supone el inicio de la civilización peruana, y que fueron personas procedentes de la Amazonía quienes la fundaron. Teorías que el tiempo, la ampliación de las investigaciones en la zona y los avances de la arqueología y la historia aún se debaten.

El profesor y arqueólogo Peter Kaulicke, por ejemplo, señala que no hay pruebas fehacientes de que los primeros habitantes de Chavín hayan venido de la Amazonía. Él considera que el origen de Chavín puede hallarse en la costa norte, tal vez en Sechín, asiento cultural ubicado también en el departamento de Áncash.

Y sobre Chavín como el origen de la civilización peruana, tiene también una postura muy crítica: “Ya la doctora Ruth Shady y sus estudios sobre Caral nos han mostrado que eso no es exacto. Chavín es un sitio extraordinario, pero no es el modelo total de una época, en este caso el periodo formativo. Tello convirtió este sitio en una especie de doctrina, porque para él era importante tener ese símbolo sobre una identidad originaria que pudiera servir para la posteridad. Él hizo mucho por conocer más el sitio y relacionarlo con muchos otros, e hizo un magnífico trabajo, pero creo que Chavín es un lugar muy elaborado, sofisticado, y eso no representa el inicio de algo, sino una consolidación” Kaulicke coincide con quienes señalan que Chavín ha sido una suerte de santuario interregional, un punto de encuentro o de peregrinación, “un centro ceremonial excepcional dependiente de otras sociedades”.

El arqueólogo John Rick, profesor de la Universidad de Stanford, está a punto de cumplir 26 años trabajando en Chavín. Para él, Chavín es el sueño de un arqueólogo. “El sitio es muy bondadoso en términos de descubrimientos. Es difícil hacer cualquier acción sin encontrar algo en el camino. El sitio regala conocimientos. Después de 25 años, yo pienso que puedo predecir lo que vamos a encontrar en cada campaña de campo, pero cada año el sitio me sorprende”, explica.
 
Con autorización del Ministerio de Cultura y el apoyo de la empresa privada y la universidad, el profesor Rick encabeza el equipo del Programa de Investigación Arqueológica y Conservación Chavín de Huántar. “Estamos aprendiendo a entender el idioma de la arquitectura, por lo que analizando los muros del complejo arqueológico vamos entendiendo como evolucionó esta sociedad. Cuando detectamos cambios en el estilo de construcción o en los acabados, deducimos que algo sucedió en determinado momento. En estas interpretaciones vamos convirtiendo arqueología en historia”, señala.

Y añade: “Solo para dar un ejemplo: en los dos últimos años se han estado excavando galerías nuevas. Para dicho trabajo se han utilizado innovadores y pequeños robots, que pueden acceder fácilmente a espacios subterráneos”. Es decir, imagínese, usted, algo así como pequeñas réplicas de Wall-E recorriendo los vericuetos de nuestro pasado prehispánico para ayudarnos a entenderlo y encontrar respuestas.

En este proceso el equipo ha involucrado también a personas de las comunidades aledañas, ciudadanos cuyo papel hasta entonces había sido el de ser guardianes involuntarios de vestigios prehispánicos.

Raúl Hernández explica que los residentes en las zonas alrededor del monumento de Chavín se han autodenominado desde siempre excelentes huaqueros; incluso, cuando llegaron los primeros exploradores a la zona, reportaron que muchos hogares tenían entre sus adornos piezas arqueológicas sacadas del templo. Pero, en un punto de la historia, estos bienes empezaron a ser “recuperados” por el Estado de manos de los lugareños.

La relación entre arqueólogos profesionales y los locales no fue sencilla desde el inicio. Existió colaboración pero también competencia. En la actualidad el equipo especial que trabaja en el Monumento Arqueológico de Chavín está compuesto también por profesionales del lugar. Y este esfuerzo se ve también en el trabajo que realiza el Museo Nacional Chavín, bajo la dirección de la arqueóloga y museóloga Natalia Haro.“Desde el museo hemos establecido una política de acercamiento con la comunidad. Si ellos no vienen a nosotros, nosotros vamos a ellos. Queremos generar más interés y ellos tienen buena disposición. Estamos haciendo un diagnóstico de lo que necesita la comunidad para sentirse involucrada. Este año hicimos un taller en el que conversamos con los docentes sobre lo que esperan ellos de un museo nacional. También asistimos a los colegios llevando réplicas para que los estudiantes conozcan las cosas y la historia que se guarda en este espacio”.

Haro reconoce que de parte de la comunidad hay mucha apertura, pero no tanto interés. Por eso, ella ha se ha propuesto trabajar para que haya una apropiación de la comunidad no solo del museo, sino también del monumento.

El distrito de Chavín es zona arqueológica. Cada persona que realiza alguna modificación en su espacio, en su casa, en su calle, puede fácilmente chocarse con la historia. Encontrar piezas arqueológicas en el lugar puede ser moneda corriente. Personas como Natalia Haro han asumido como suya la labor pedagógica de ayudar a entender a la población que, si alguno de ellos se ve en esta situación, puede entregar lo hallado a las autoridades correspondientes de forma segura, sin temor a ser denunciado. Es, pues, otra forma de comprometerse con el cuidado de una zona donde la historia del Perú antiguo sigue palpitando fuerte.

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domingo, 18 de agosto de 2019

Revista [PDF]: Apuntes 85

VOL. 46 NÚM. 85 (2019)




Esta edición de Apuntes reúne principalmente artículos que reflexionan sobre la temática del turismo en América Latina. Mark Rice, especialista en el tema, es el autor del primer documento, y se encarga de presentar los debates que existen en torno al turismo y sus consecuencias desde un punto de vista histórico. Así pues, este primer texto funciona como una introducción al número. El segundo y tercer artículo analizan el fenómeno desde una perspectiva histórica, estudiando cómo funcionó la promoción estatal del turismo en Chile entre 1929 y 1959, y  abordando el desenvolvimiento de las políticas públicas de fomento al turismo en Perú entre 1930 y 1950, respectivamente. De otro lado, el cuarto texto propone comprender el turismo como herramienta de rehumanización en las favelas de Rio de Janeiro en Brasil; para el caso de Ecuador, la quinta contribución presenta un análisis narrativo de la visión del Museo Inti-Ñan en relación con la línea ecuatorial y monumentos geodésicos; en el mismo sentido, el sexto artículo explora la imagen percibida tanto por los agentes como por los visitantes de la actividad turística de la ciudad de Hermosillo en México. Por otro lado, el séptimo artículo analiza las trasformaciones del turismo con el propósito de museificar la ciudad estableciendo un nexo entre la cultura del consumo y el turismo. Finalmente, este número se completa con dos artículos: uno que muestra el fortalecimiento de proyectos diversificadores en Mendoza como complemento de la vitivinicultura, entre 1901 y 1939; mientras que el noveno y último texto analiza cómo la mejora institucional del estado habría sido un factor determinante para el éxito económico de China.   

Lorenzo y Pepita (18-Agosto-2019)



https://www.comicskingdom.com/blondie/2019-08-18



Blondie (Pepita, Lorenzo o Lorenzo y Pepita en algunos países hispanohablantes) es una tira cómica estadunidense creada por Chic Young. Distribuida por King Features Syndicate y publicada en diversos rortativos desde el 8 de septiembre de 1930.1​ El éxito llevó a la creación de películas (1930-1950), programas de radio, historietas y una serie animada. "Blondie" en inglés es un diminutivo cariñoso que se traduce al español como Rubita, ya que en efecto, la protagonista de esta family strip es una joven notoriamente rubia.

Garfield (18-Agosto-2019)



https://garfield.com/comic/2019/08/18



Garfield es el nombre de la historieta creada por Jim Davis, que tiene como protagonistas al gato Garfield, al no muy brillante perro Odie, y a su dueño, el inepto Jon Arbuckle (Jon Bonachón en el doblaje latinoamericano). El protagonista se llama así por el abuelo de Davis, James Garfield Davis, que fue bautizado en honor al presidente estadounidense James A. Garfield.

Trujillo: Descubren restos óseos de cetáceos que sirvieron de ofrenda en cultura Moche




Restos óseos de cetáceos que sirvieron de ofrenda en cultura
Moche descubiertos en el balneario trujillano de Huanchaco.


Por vez primera se hallan restos completos de dos kogias, cachalotes pigmeos, en Huanchaco. Los cetáceos fueron ofrendados por hombres de la cultura Moche. Se desconocía que sus ceramistas representaran a esta especie rara de mamíferos en su iconografía.

La ceremonia de ofrendas con las especies marinas más grandes conocidas hasta hoy se celebró hace más de 1,500 años, frente a las costas de Huanchaco, en la provincia de Trujillo, región La Libertad. La hicieron hombres de la cultura Moche (100-700 d. C.). ¿Su objetivo? Fundar y construir un templo sagrado, probablemente destinado al culto de una deidad que dominaba los grandes océanos.

Así lo ha revelado el director del Proyecto Arqueológico Huanchaco, Gabriel Prieto Burmester, tras las excavaciones en la Huaca de los Sacrificios (denominada así por el gran número de niños chimús inmolados), en la zona arqueológica de pampa La Cruz.

Hasta el momento, Prieto y su equipo han hallado cinco especies marinas que sirvieron de ofrenda durante esta ceremonia, compuesta por tiburones, peces luna o sol, atunes y rayas.

Hallazgo mayor

Sin embargo, lo que más ha llamado la atención del investigador nativo de Huanchaco son los dos esqueletos completos de kogia, especie poco común de cetáceo, cuya escasa información ha sido obtenida apenas por varamientos.

“Este es un hallazgo sensacional. Se trata de un conjunto de ofrendas marinas, peces muy grandes e inusual, incluso para la biología peruana. En particular, estos dos esqueletos completos de cetáceos o kogias, que posiblemente sirvieron como ofrenda fundacional para empezar la construcción de esta estructura en la época de los moches”, sostiene Prieto.

Alegoría

Las osamentas fueron encontradas en un relleno de tierra suelta y piedra en pampa La Cruz, mirando en posición contraria al mar, ubicación que sería, según Prieto, una alegoría, la cual se asemeja –salvando las distancias– a los repositorios de ofrendas halladas en el Templo Mayor en México. Ello refuerza la tesis de que estos animales formaron parte de una gran ofrenda.

“Nunca antes se habían encontrado arqueológicamente restos de una ballena completa, y menos de estos kogias, que miden 2.3 metros, aproximadamente, lo cual nos hacen repensar las técnicas de navegación del Perú antiguo porque para atrapar esta especie hay que salir a mar abierto y tener una tecnología diferente”, anota el arqueólogo.

Líneas de arte 

Otro aspecto importante que revela el descubrimiento es que en el arte moche nunca se han visto representados los cetáceos, a diferencia de la cerámica de la cultura Lima o las líneas de Nasca. El hallazgo sugiere dos hipótesis: hubo contacto entre estas sociedades por el mar hacia el sur. Y los moches no representaban estas escenas en su iconografía y su arte mural, pero sí tenían presentes a las ballenas en sus ceremonias de ofrenda.

“La alegoría marina encontrada sobre esta plataforma nos muestra la cosmovisión de los pescadores milenarios de Huanchaco, y de lo que realmente eran capaces de capturar, y que los anzuelos hallados en etapas anteriores de excavaciones no eran simples adornos, sino que realmente se usaron”, acotó Prieto, también profesor de la Universidad Nacional de Trujillo.

Sobre las kogias

Al respecto, Aldo Benites Palomino, investigador del Centro de Paleontología Tropical y Arqueología del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Estados Unidos, asegura que los restos pertenecen a los cachalotes enanos del género kogia, animales extremadamente difíciles de ver.

“Lo que conocemos de estos animales se basa en los cadáveres varados y restos fósiles de especies antiguas. Existen menos de 10 registros de estos cetáceos en el último siglo para el Perú, y se debe a que habitan en el mar tropical-templado, cazando a sus presas [calamares] a grandes profundidades”, indicó. 

Benites explica que estos animales están emparentados con el gran cachalote y que se diferencian en el tamaño y por poseer una nariz dividida en compartimentos. Además, carecen de dientes superiores y sus pocos dientes no los usan porque succionan vivas a sus presas. Sin embargo, su aspecto se parece al de los tiburones, debido a la cabeza triangular/cuadrada y a que poseen unas manchas a manera de falsas agallas.

Al respecto, Ali Altamirano Sierra, investigador de Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, asegura que existen dos tipos de kogia: el breviceps o cachalote pigmeo y el sima o cachalote enano. Este último con menos avistamientos. Por ello destaca la importancia del hallazgo.

Los torturados

En una capa superior donde fueron encontrados los kogias y demás especies marinas, el equipo halló textiles con iconografía moche y personajes masculinos con signos de haber sufrido torturas.

Estaban amarrados con sogas en las manos y en el cuello. El arqueólogo Prieto sostiene que esta escena se asocia con la pintura mural hallada también a unos metros, con figuras de prisioneros amarrados, llevados por sus captores para ser asesinados.

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Podcast Nómadas: Barranquilla, el carnaval del Caribe





Marimondas, monocucos y toritos, entre otros muchos seres fantásticos tradicionales, pintan de color las calles y plazas de Barranquilla justo antes de la cuaresma. La tradición carnavalera de esta ciudad del norte caribeño colombiano suma dos siglos de historia y el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad. El resto del año la urbe ofrece al visitante múltiples paseos por su restaurado casco histórico, los amplios espacios en torno al Parque Cultural del Caribe, el aristocrático barrio de El Prado o el malecón que permite asomarse al caudaloso río Magdalena, que vio nacer la leyenda del hombre caimán (el que "se va para Barranquilla", según la canción). También es un excelente punto de arranque para explorar otros municipios del entorno como la animada Santa Marta, puerta de entrada hacia la Sierra Nevada, Minca y la enigmática Ciudad Perdida. Nos acompañan en nuestro viaje las barranquilleras Carolina Méndez y Farides Osorio; contamos también con las voces de Jaime Alfaro de Castro, jefe de la oficina de turismo de Barranquilla; Omar Hernán García Silva, representante de la asociación hotelera Cotelco en Santa Marta; Carlos Bell, doctor en arquitectura y profesor de la Universidad del Atlántico; Beatriz Echeverri, socióloga; y Julián Guerrero, vicepresidente de turismo de Procolombia.


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