lunes, 30 de mayo de 2011

Hernando Pizarro: Pachacamac (II)


LO QUE OPINO EL PRIMER ESPAÑOL
EN LLEGAR A PACHACAMAC (II)







"Los caciques comarcanos me vinieron a ver e trajeron presentes. E allí, en la mezquita se halló algún oro podrido, que dejaron cuando escondieron lo demás. De todo se junto ochenta y cinco mil castellanos e tres mil marcos de plata.

Este pueblo de la mezquita es muy grande e de grandes edificios; la mezquita es grande e de grandes cercados e corrales. Fuera de ella está otro cercado grande, que por una puerta se sirve la mezquita. En este cercado están las casas de las mujeres, que dicen ser mujeres del diablo, e aquí están los silos, donde están guardados los depósitos del oro. Aquí no entra nadie donde estás mujeres están. Hacen sus sacrificios como las que están en las otras casas del sol, que arriba he dicho.

Para entrar al primer patio de la mezquita han de ayunar 20 días; para subir al patio de arriba han de haber ayunado un año. En este patio de arriba suele estar el obispo. Cuando suben algunos mensajeros de caciques, que han ayunado su año, a pedir al dios que les dé maíz e buenos temporales, hallan el obispo, cubierta la cabeza e asentado. Hay otros indios que llaman pajes de dios. Así como estos mensajeros de los caciques dicen al obispo su embajada, entran aquellos pajes del diablo dentro de una camarilla, dónde dicen que hablan con él e que el diablo les dice de qué está enojado de los caciques e los sacrificios que se han de hacer e los presentes que quiere que le traigan."


Extracto de la Carta Relación de Hernando Pizarro a los Oidores de la Audiencia de Santo Domingo sobre la Conquista del Perú, de 1533, en la que las referencias a la "mezquita" son alusivas a Pachacamac.   

lunes, 23 de mayo de 2011

Conferencia: Arte y Memoria



UNA CONSTRUCCION CULTURAL

Miercoles 25 - Mayo (2011)
Auditorio del Centro Cultural Peruano Norteamericano.
Melgar 109, Cercado - Arequipa.


 

domingo, 22 de mayo de 2011

Hernando Pizarro: Pachacamac (I)


LO QUE OPINO EL PRIMER ESPAÑOL
EN LLEGAR A PACHACAMAC (I)

"Nunca nos quisieron decir de la mezquita, que tenían en sí ordenado que todos los que nos dijesen habían de morir; pero, como teníamos noticia que era en la costa, seguimos el camino real, como teníamos noticia que era en la costa, seguimos el camino real, hasta ir a dar en ella. El camino va muy ancho, tapiado de una banda e de otra. A trechos, casas de aposento hechas de él, que quedaron de cuando el Cuzco pasó por aquella tierra. Las casas de los indios, de cañizos; las de los caciques, de tapia, e ramada por cobertura, porque en aquella tierra no llueve.


Desde el pueblo de San Miguel hasta aquella mezquita había ciento setenta o ciento ochenta leguas, por la costa, de la tierra muy poblada. Toda esta tierra atraviesa el camino tapiado. En todo ella, ni en doscientas leguas que se tiene noticias en las costas adelante, no llueve. Viven de riego, porque es tanto lo que llueve en la sierra que salen de ella muchos ríos, que en toda la tierra no hay tres leguas que no haya río. Desde el mar a la sierra hay, en partes, diez leguas; a partes, doce. E toda la costa va así; no hace frio.


Toda esta tierra de los llanos, e mucha más adelante, no tributa al Cuzco, sino a la mezquita. El obispo de ella estaba con el Gobernador en Caxamalca; habíale mandado otro bohío de oro, como el que Atabaliba mandó. A este propósito, el Gobernador me envió ir a dar prisa, para que se llevase. Llegado a la mezquita e aposentados pregunté por el oro e negáronmelo, que no lo había. Hizóse alguna diligencia e no se pudo hallar."


Extracto de la Carta Relación de Hernando Pizarro a los Oidores de la Audiencia de Santo Domingo sobre la Conquista del Perú, de 1533, en la que las referencias a la "mezquita" son alusivas a Pachacamac.