Fuente: http://www.elespectador.com
28 Jun 2017 - 8:22 AM
Un grupo de científicos descubrió evidencia de asentamientos humanos que datan de 8.000 años atrás en lugares más arriba de los 4.000 metros respecto al nivel del mar.
Con poco oxígeno y un frío que podía descender hasta temperaturas casi heladas, vivieron varios grupos humanos en las tierras altas andinas de Sudamérica hace más de 7.000 años, específicamente en la parte de la cordillera que hoy atraviesa Perú. Eso reveló una investigación publicada en la edición de julio de Royal Society Open Science.
Los hallazgos de un grupo de antropólogos de la Universidad de Wyoming demostraron que arriesgados cazadores - recolectores se mudaron a las tierras más encumbradas del territorio suramericano para vivir cuando aún nisquiera existía la agricultura.
"Esto nos da una base muy sólida para ayudar a entender las tasas de cambio cultural y genético en las tierras altas andinas, una región conocida por la domesticación de la alpaca, patatas y otras plantas, surgimiento de la complejidad política y económica a nivel estatal, y adaptación a la vida a gran altitud", dijo Randy Haas, el director del estudio.
Las excavaciones del grupo permitieron desenterrar los restos de 16 personas, así como 80.000 artefactos, que según las pruebas aplicadas para conocer su antigüedad, existen desde hace más de 8.000 años. El sitio del hallazgo, Soro Mik'aya Patjxa, se encuentra a 3.800 metros de sobre el nivel del mar. Bogotá está a 3.400.
La investigación reabre el debate sobre si la estancia de estas comunidades en estas regiones, en ese entonces inhóspitas, era permanente o estacionaria. Randy Haas señaló que según otros elementos que tuvieron en cuenta durante la investigación, lo que encontraron parece indicar que estos humanos sí llamaron “hogar” el agreste terreno.
El primero de estos elemento tiene que ver con la presencia de isótopos de oxígeno y carbono en los huesos, cuya presencia demuestra que estos restos ocuparon siempre estas tierras, es decir, que no fueron trasladados allí como parte de un ritual.
El segundo, tiene que ver con la distancia de las tierras con las zonas más bajas. Según los mapas trazados, y las capacidades de movimiento de estas comunidades (donde había niños) primitivas, las distancias eran simplemente demasiado extensas para ir y volver según el clima, explicó Hass.
Por último, el equipo estimó que casi todas las herramientas como flechas y lanzas encontradas estaban hechas con piedras que solo existen en estas tierras altas de la cordillera de Los Andes. Esto quiere decir que los humanos no iban allí solo para cazar. “Esta es la evidencia más fuerte para suponer que estos seres humanos ocuparon de forma permanente este territorio”, señaló Haas.
Haas reconoce que el hecho de que hubieran personas viviendo en condiciones tan extremas hace tantos siglos “es realmente impresionante. He ganado mucho respeto por las primeras personas que se atrevieron a colonizar esta región”.
Con poco oxígeno y un frío que podía descender hasta temperaturas casi heladas, vivieron varios grupos humanos en las tierras altas andinas de Sudamérica hace más de 7.000 años, específicamente en la parte de la cordillera que hoy atraviesa Perú. Eso reveló una investigación publicada en la edición de julio de Royal Society Open Science.
Los hallazgos de un grupo de antropólogos de la Universidad de Wyoming demostraron que arriesgados cazadores - recolectores se mudaron a las tierras más encumbradas del territorio suramericano para vivir cuando aún nisquiera existía la agricultura.
"Esto nos da una base muy sólida para ayudar a entender las tasas de cambio cultural y genético en las tierras altas andinas, una región conocida por la domesticación de la alpaca, patatas y otras plantas, surgimiento de la complejidad política y económica a nivel estatal, y adaptación a la vida a gran altitud", dijo Randy Haas, el director del estudio.
Las excavaciones del grupo permitieron desenterrar los restos de 16 personas, así como 80.000 artefactos, que según las pruebas aplicadas para conocer su antigüedad, existen desde hace más de 8.000 años. El sitio del hallazgo, Soro Mik'aya Patjxa, se encuentra a 3.800 metros de sobre el nivel del mar. Bogotá está a 3.400.
La investigación reabre el debate sobre si la estancia de estas comunidades en estas regiones, en ese entonces inhóspitas, era permanente o estacionaria. Randy Haas señaló que según otros elementos que tuvieron en cuenta durante la investigación, lo que encontraron parece indicar que estos humanos sí llamaron “hogar” el agreste terreno.
El primero de estos elemento tiene que ver con la presencia de isótopos de oxígeno y carbono en los huesos, cuya presencia demuestra que estos restos ocuparon siempre estas tierras, es decir, que no fueron trasladados allí como parte de un ritual.
El segundo, tiene que ver con la distancia de las tierras con las zonas más bajas. Según los mapas trazados, y las capacidades de movimiento de estas comunidades (donde había niños) primitivas, las distancias eran simplemente demasiado extensas para ir y volver según el clima, explicó Hass.
Por último, el equipo estimó que casi todas las herramientas como flechas y lanzas encontradas estaban hechas con piedras que solo existen en estas tierras altas de la cordillera de Los Andes. Esto quiere decir que los humanos no iban allí solo para cazar. “Esta es la evidencia más fuerte para suponer que estos seres humanos ocuparon de forma permanente este territorio”, señaló Haas.
Haas reconoce que el hecho de que hubieran personas viviendo en condiciones tan extremas hace tantos siglos “es realmente impresionante. He ganado mucho respeto por las primeras personas que se atrevieron a colonizar esta región”.
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