domingo, 12 de marzo de 2023

Los cazadores de mamuts de Dolní Vestonice desaparecieron sin dejar rastro con la última glaciación

 


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Fuente: https://espanol.radio.cz

Por: Daniel Ordóñez

 

Un estudio publicado en la revista Nature desvela nuevos detalles sobre la desaparición de la cultura de los cazadores de mamuts en el sur de Moravia hace 20.000 años.

Un nuevo estudio genético internacional realizado sobre los pueblos de la prehistoria en toda Europa arroja luz sobre los cambios en su distribución por todo el continente y cómo les afectaron los cambios climáticos en la Edad del Hielo. Para elaborar el mapa genético publicado en la revista Nature se han estudiado los restos de 356 hombres y mujeres que vivieron entre 50.000 y 5000 años antes de nuestra era.

Durante el periodo cumbre de esa última glaciación, entre los años 22.000 y 18.000 a. C., parte de Europa quedó cubierta de hielo y el permafrost se extendió incluso por la actual República Checa. El clima se hizo más frío y seco, lo que provocó una gran migración de los pueblos. En el caso de los cazadores de mamuts del sur de Moravia, estos no lo soportaron, dijo a la Radio Checa Jiří Svoboda, del Instituto de Arqueología de Brno de la Academia de Ciencias Checa.

“Esta cultura de los cazadores de mamuts de Dolní Věstonice era muy específica, muy desarrollada, lo cual no les vino muy bien, yo creo, porque era muy dependiente de los mamuts y otro amplio abanico de animales menores y especies vegetales para su alimentación. Era una sociedad cazadora compleja muy sensible a los cambios climáticos, por lo que no sorprende su desaparición”.

En el estudio han desempeñado un papel fundamental los tres esqueletos encontrados en un excelente estado de conservación en Dolní Věstonice en la década de los 80. Los científicos dataron la antigüedad de los restos en casi 27.700 años. Jiří Svoboda lleva tres décadas estudiándolos. De su dieta se sabe también que ya molían grano. Ahora, el análisis de su genoma, comparándolo con otros, indica que los cazadores de mamuts se marcharon de tierras checas, seguramente hacia el este.

“La arqueología indica que los periodos de frío extremo empujaron a los animales paradójicamente hacia el este de Europa, que fue una zona menos afectada por la glaciación”. 

Pero, sin embargo, otros pueblos de Europa occidental sí fueron capaces de adaptarse a los cambios. En particular, aparece la cultura de La Gravette, que se extendió por toda Europa Central y Oriental.

Los nuevos métodos científicos y las tecnologías disponibles permiten obtener muestras más completas y, sobre todo, menos destructivas, explica Jiří Svoboda.

“Ese es un gran problema, porque el análisis genético supone taladrar los esqueletos. Y se produce una contaminación de las personas que están en contacto con los huesos, esta contaminación penetra profundamente en los restos. En los años 90 hubo una gran presión para taladrar por todas partes y de esa época han quedado muchos agujeros en estos esqueletos únicos. Nosotros hemos evitado esto y hemos esperado a que los métodos se desarrollaran, con lo que hemos conseguido preservar los huesos de Dolní Věstonice. Trabajamos con un alto nivel de calidad”.

A ello ayudó también la colaboración con el Instituto Max Planck de Leipzig, gracias al que se realizó un detallado modelo de los tres esqueletos en 3D, decisivo para extraer muestras de la forma menos invasiva posible.

Además de la desaparición de la cultura de los cazadores de mamuts del corazón de Europa, el estudio también ha demostrado, por ejemplo, un gran cambio genético en los países meridionales del continente, donde la migración supuso una renovación y una mayor diversidad genética.

 

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