Fuente: https://espanol.radio.cz
Autor: Daniel Ordóñez
El mosaico del siglo XIV que decora la fachada lateral de la Catedral de San Vito en el Castillo de Praga, es sometido a una minuciosa revisión por restauradores, para limpiar las partes afectadas por la corrosión.
La restauradora Milena Nečásková asumió la tarea de revisar el estado del mosaico de vidrio que decora la fachada lateral de la Catedral de San Vito en el Castillo de Praga. La valiosa obra medieval que se encuentra a una altura de aproximadamente 15 metros fue restaurada a finales del siglo XX después de que muchas de sus piezas perdieran el resplandor y sus colores se tornaran grises. Las lluvias y la corrosión han dejado sus huellas sobre el mosaico dedicado al Juicio final, según indicó a la Radio Checa Milena Nečásková.
“Al tocar el mosaico con las manos no pasa absolutamente nada, porque está cubierto con una laca especial. Pero el agua de las lluvias puede penetrar las piezas provocando un alto grado de corrosión”.
La capa de laca especial que cubre el mosaico es bastante delgada pero, según indicó la restauradora, su presencia es sumamente importante.
“Si no fuera por ella, aunque limpiásemos las piezas de vidrio del mosaico, los cristales de color gris irían cubriendo paulatinamente toda la obra de gris”.
El mosaico lo compone aproximadamente un millón de piezas de vidrio. La mayoría son originales del siglo XIV, lo que logran distinguir únicamente los especialistas al tocar las piezas, según Milena Nečásková.
“La superficie de las piezas medievales del mosaico no es tan lisa como la de las más recientes. Esto está dado por el propio modo de su fabricación. En ese entonces el vidrio tenía dentro muchísimas burbujas, por lo que su superficie es más áspera”.
La restauradora Nečásková explicó a la Radio Checa por qué algunas piezas del mosaico brillan más que otras.
“Esto se debe a la propia estructura del vidrio, porque las piezas de tonalidad gris contienen muchas más burbujas que ya vienen de su fabricación en la Edad Media. En las piezas más recientes, con superficie lisa, hay también burbujas, pero sólo en la superficie, o sea, dentro de la laca de protección. El color de estas piezas es mucho más radiante, pero a veces esa burbuja revienta y el agua puede llegar al propio vidrio debajo de la capa protectora. El agua lava las alcalinas presentes en el vidrio y en reacción con el dióxido de carbono provoca corrosión”.
El trabajo de los restauradores en el mosaico de la Catedral de San Vito es sumamente minucioso. Primero hay que tomar fotos a las piezas que parecen estar afectadas y después esas fotos se estudian en un laboratorio para determinar el grado de los daños y los pasos a seguir. Una de las mayores tareas consiste en determinar el procedimiento a seguir para limpiar de manera efectiva las huellas de la corrosión en el mosaico de la Catedral de San Vito en Praga.
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