La capital del departamento francés de Finistère es una ciudad única en el mundo. Desde su misterioso origen, envuelto en brumas de leyenda, se ha desarrollado a lo largo de los siglos en torno a tres centros urbanos: una ciudad episcopal, otra ducal y el yacimiento galorromano primitivo que hoy es el barrio de Locmaria. El guía Yannig d’Hervé nos permite unir estos cascos antiguos en un paseo que parte de su esbelta catedral gótica de San Corentin, patrón y primer obispo en los remotos tiempos del rey Gradlon. Tras un primer vistazo a la plaza principal de Quimper, nos asomamos al cercano palacio arzobispal, hoy transformado en el Museo Departamental Bretón. Con la ayuda de su mediadora cultural, Salomé Surle, y de la profesora Sarah Picard, trazamos una completa panorámica etnográfica, histórica y social de esta región del oeste de Francia. Después de conocer jardines históricos y pintorescas callejuelas jalonadas de edificios con fachadas de entramado de madera, nos asomamos a la Plaza de la Mantequilla. Este céntrico rincón presenta probablemente la mayor densidad de creperías del mundo. De delicias gastronómicas nos hablan el responsable de La Biscuiterie de Quimper, Mikael Saliou Lafitte; la directora de un grado universitario de hostelería, Marion Prigent; y la trabajadora de la oficina de turismo Laurence de Greef. Al otro lado del pequeño río Steir se extienden los dominios del duque de Bretaña, calles y plazas como la Terre-au-Duc. Antes de dirigirnos al distrito de Locmaria, algo apartado del resto, nos interesamos por las músicas y danzas bretonas, que toman Quimper cada mes de julio durante el célebre Festival de Cornouaille. Caroline Esqué, integrante del conjunto Eostiged ar Stangala, explica la importancia de estas expresiones enraizadas en el pasado celta del territorio. A orillas del Odet, el río que trae el vaivén de las mareas hasta esta ciudad a 18 kilómetros de la costa atlántica, evocamos al literato Max Jacob con el guía municipal Laurent Paubert. Algunos rasgos únicos del lugar, como la abundancia de pasarelas, están reflejados en su obra. Aguas abajo, en la margen izquierda, encontramos Locmaria. En este primitivo asentamiento nació también la tradición de la loza, una intensa actividad alfarera que descubrimos junto al historiador Mani Pennanguer en el monográfico Musée de la Faïence de Quimper. No nos podemos despedir de este municipio de sesenta mil habitantes sin conocer la factoría de Armor-Lux, una empresa local con proyección nacional e internacional, famosa por sus camisetas marineras y otros muchos productos textiles que se siguen confeccionando en buena medida a mano. Nos reciben en sus instalaciones el director de exportación de la marca, Marco Petrucci, y la asistente de español Silvana Jara.
Fuente: RTVE: Podcast Nómadas
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