Parte III: Vuelta al Alpamayo

LA VUELTA AL ALPAMAYO

LLEGANDO A HUALCALLAN

Al fin, han sido meses de preocupaciones, entrenamiento e ir reuniendo el grupo para la primera expedición de la ACMP, pero llegó el sábado 16 y nos encontramos a las 9 de la noche listos para partir, Manuel y Artur ya están en Huaraz, por lo que viajamos siete, siete dirán????, claro, nos acompaña un arequipeño, Héctor Ballón, está recuperándose aún de la clavícula rota y no podrá hacer la caminata, pero se ha venido de Arequipa a conocer aunque sea el Callejón de Huaylas, el viaje es tranquilo pasamos Huaraz cuando recién amanecía y a las 7 de la mañana ya estábamos en Caraz, porque nuestro carro era directo hasta esa ciudad.

Paisaje típico del Callejón de Huaylas

A tomar mototaxis hacia la casa de mi prima Bety que hace 20 años nos recibe con las puertas abiertas, luego de asearnos saboreamos un delicioso desayuno con parrillada y salimos a comprar pan, queso, manjarblanco y algunas cosas que nos pudieran faltar, el carro que nos llevará a Hualcallán debe llegar a las 11, por eso tenemos tiempo y Manuel y Artur ya se comunicaron y vienen desde Huaraz.

La movilidad bien puntual, al fin conocemos en persona a Hugo Paulino, la Hyundai Van es de su hermano, vamos cargando las cosas, estamos casi completos, Manuel llegó hace buen rato, y hacemos un poco de hora para esperar a Artur, son 11 y 20 y al fin conocemos al Polaco, uffff menos mal, habla muy bien el castellano.

Subimos todos, bien cómodos, y partimos hacia Hualcallán, allí descansaremos acampando a más de 3000 msnm, para aclimatarnos y empezar la caminata el lunes 18, en fin, domingo es día de descanso.

Campos multicolores

El primer tramo es pura pista, por la carretera que lleva hacia el Cañón del Pato, después de 20 minutos o media hora llegamos al desvío, y comenzamos a subir por una carretera afirmada , que muy pronto nos permite maravillamos por los hermosos paisajes multicolores que tienen los campos por sus diferentes sembríos.

Pueblo de Hualcallán

Más o menos son las dos de la tarde y llegamos a Hualcallán, a cargar las cosas y subir unos 50 metros hacia un mirador natural donde acampamos, una vista espléndida aunque mucho viento y arrullados por el tronar de una gran cascada que tenemos a nuestras espaldas. Armamos las carpas, quedamos con Hugo para que hable a una señora y prepare comida en el pueblo para las seis, comemos algo ligero y a descansar.

Catarata frente a Hualcallán

Algunos dormimos, otros cocinaron algo, pero fue un día de ocio, a eso de las 5.30 Hugo nos avisa que no estaba la señora, no había llegado de Caraz, así que no habría cena típica.

El atardecer es impresionante, rojizas nubes sobre la cordillera negra, luego de una breve sesión fotográfica, la mayoría se dispuso a preparar la cena. Con Manuel nos animamos a bajar, vamos a caminar un poco llevando linterna para el retorno, llegando al pueblo vemos una casa con grandes mesas, nos preguntamos será una fiesta, o habrá comida, nos enteramos que hace dos años trabajan arqueólogos en el pueblo, y tienen muchos alumnos de diversos países haciendo sus prácticas, son como 40 en total y tienen ocupado todo alojamiento y lugar donde puedan preparar comida.

Atardecer en la Cordillera Negra

Nos ponemos a andar por el pueblo, son cerca a las 7 de la noche, las estrellas se ven increíbles, tenemos suerte, llegamos a una bodega y la señora acaba de llegar, le preguntamos si puede preparar algo para comer, y con la cortesía típica de la gente del lugar nos dice que sí, sólo que demorarán media a una hora, le decimos no hay problema, vamos  a andar por el pueblo y a los 10 minutos volvemos, no hay mucho que ver, pero en la bodega sí, porque tienen un televisor y se puede ver el futbol y enterarnos de las últimas noticias.

Entre comer y ver tele nos quedamos hasta las 11, pero sirvió para conocer a uno de los jefes de los arqueólogos, que nos contó algo de su trabajo. Subimos alegres, aunque oscuro ubicamos el campamento, ya todos dormían, claro, era cerca de las 12, y mañana será otro día…