CONSEJO ECOLOGICO 001:
SIEMPRE, SIEMPRE REDUCE
550 kilos es mucho peso, es más que 183 sacos pequeños de patatas o que una vaca, o que cinco motos vespa, y más que 1000 ejemplares del Quijote; pues bien, estos 550 kilos son aproximadamente el peso de la basura que cada uno de nosotros generamos en un año. Y tanta basura ¿adónde va? Desafortunadamente, el 60% no va a ningún lugar, se queda en los vertederos, el 10% va a las incineradoras, el 17% se convierte en compost y tan sólo se recicla el 13%. Pero con estás cantidades de basura estratosféricas no importa tanto saber dónde va después del cubo de la basura porque todos sabemos que no desaparece tan fácilmente, el problema de la base es que es demasiada basura desde el principio y la única manera de reducirla es eliminarla en su origen.
Al contrario de los que muchos pensamos, el famoso trío de las tres R, reducir-reutilizar-reciclar, no forma un círculo equilibrado en el que todas son iguales, sino que es una lista que prioriza sobre todo cómo debemos pensar en que consumimos y tiramos. Si solo el reciclaje fuera la solución, no tendríamos tantos problemas de acumulación de basura y contaminación en le Tierra, pero aunque las otras R no reciban mucha atención por parte de los medios, reducir nuestros 550 kilos anuales de basura por persona y reutilizar lo que ya tenemos resulta el arma más eficaz contra esta auto inundación de desechos y residuos. Si lográsemos entre todos reducir o reutilizar un tercio lo que tiramos, eliminaríamos del planeta más de 7 000 000 toneladas de basura anuales.
¿Qué está pasando?
Es casi imposible imaginar que todo el plástico que se ha fabricado en el mundo entero siga existiendo hoy día, pero así es. De una u otra forma, las moléculas del plástico tardarán cientos de años en desaparecer y nadie sabe si algún día se degradarán por completo. Pueden estar en un vertedero o flotando en el mar, puede ser que se hayan reciclado o que se hayan degradado hasta sus pequeñas moléculas individuales, pero todas las moléculas sintéticas y residuos de plásticos, junto con otros tipos de basura, están poblando el planeta más rápido de lo que pensamos.
Cada año que pasa somos más en el planeta, compramos más cosas, generamos más basura, tenemos menos espacio y menos recursos naturales para sostenernos. Según el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, en España cada persona genera alrededor de 1,5 kilos de residuos diarios lo cual equivale a más de 23 500 000 toneladas de basura en un solo año. El impacto de esta contaminación y desperdicio es exponencial y tienen un coste económico y ecológico que todos estamos empezando a pagar. A nivel individual, a ninguna persona, entidad o sociedad se le puede echar la culpa de la situación en la que estamos, ya que es un problema de todos y hará falta el esfuerzo de todos los individuos y grupos, entidades públicas y privadas para poder solucionarlo. Mientras los científicos, los diseñadores y los fabricantes empiezan a crear productos más sostenibles, a nosotros nos toca reducir el problema con las decisiones que tomamos todos los días.
¿Cuál es la solución?
Reducir no quiere decir menos, es más. Olvidémonos de las imágenes de los racionamientos en tiempos de guerra, de casas con muebles humildes, del control exhaustivo de los gastos y una vida con menos comodidades. Reducir no es eso, reducir quiere decir que aprovechemos al máximo todo lo que ya tenemos, que utilicemos lo que no haga falta y que escojamos las cosas que duren más y que consuman el mínimo de recursos y energía. La primera de las 3R es la más importante y, a la vez, la más fácil de poner en práctica. Solo hace falta ajustar un poco nuestra manera de pensar, observar las cosas de nuestro entorno y en poco tiempo notaremos que la basura que tiramos va disminuyendo sin cambiar nuestro confortable y cómodo estilo de vida.
¿Cómo lo hago?
- Prepara una lista de la compra para saber qué hace falta y así evitarás compras y gastos innecesarios.
- Compra sólo los productos y las cantidades que te hagan falta, especialmente si es algo perecedero, como los alimentos frescos, o que utilizarás poco, como un bote de pintura.
- Acaba por completo un producto antes de comprar otro similar.
- Compra cosas que funcionen mucho tiempo, como pilas recargables, bombillas de bajo consumo y productos de calidad.
- Si hay una opción con menos embalaje, elígela y evita los productos divididos en porciones individuales, ya que tienen mucho envoltorio innecesario que acabarán en al basura.
- Los contenedores reutilizables y rellenables son ideales.
- Utiliza productos de limpieza multiusos y paños reutilizables, así reducirás la cantidad de productos y los gastos.
- El papel es un recurso natural. Piénsatelo antes de imprimir, utiliza los dos lados, lee el periódico en Internet, anula el correo no deseado y utiliza el servicio electrónico del banco.
- Alquila, comparte y pide prestadas cosas de poco uso, como herramientas y máquinas de jardín.
- Antes de comprar algo nuevo piensa dónde lo vas a guardar, si reemplaza a otro y qué vas a hacer con el antiguo.
- Mantén y repara todo que tienes que tenga una vida lo más larga posible.
- Aprovéchate de la tecnología, compra programas informáticos, películas y música online en lugar de los que se comercializan con su correspondiente envoltorio.
- Apuesta por el diseño sostenible, filtros lavables, piezas reemplazables, muebles desenfundables, etc.
- Prepara una cantidad adecuada de comida, y si sobra algo, guárdala para el día siguiente o congélala.
- Si tienes espacio exterior, pon en práctica un sistema de compostaje para que los restos orgánicos se conviertan en abono para el jardín.
LOS BENEFICIOS
Para ti:
- Mejor calidad de aire, tierra y agua.
- Ahorro económico.
Para el planeta:
- Menos contaminación.
- Menos desechos.
- Protección de los recursos naturales
Fuente: Eco Chic - Pequeños gestos para cuidar de ti y de tu planeta. Páginas 21-25. Margaret Fenwick. Prólogo de Jane Goodall. Ediciones Planeta Madrid S.A. 2010.
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