"NO HAY TEXTOS ESCRITOS NI TRADICIONES QUE NOS VINCULEN CON SUS FORMAS DE PENSAMIENTO, ESTO CONVIERTE EN CASI IMPOSIBLE LA TAREA DE ABORDAR SU SIGNIFICADO", EXPRESA EL ARQUEÓLOGO EDUARDO PALACIO-PÉREZ
Entrevista / Eduardo Palacio-Pérez, Arqueólogo
Mil veces nos hemos preguntado qué sentían nuestros antepasados más lejanos al plasmar sus ideas en los techos y paredes de las cuevas, iluminados por antorchas llameantes y cubiertos de humedad. Precisamente esa humedad y otras condiciones ambientales únicas han conservados sus magníficas pinturas durante milenios, pues de otra forma habrían desaparecido sin dejar rastro. Al sernos reveladas estas pinturas han aflorado cientos de preguntas en nuestras mentes. ¿Qué buscaban al representar a los animales que los rodeaban o al plasmar otros símbolos más enigmáticos? Resulta difícil saberlo. Nuestros conceptos mentales se han ido "viciando" a lo largo de los siglos y encarnarse en el ser paleolítico que un día fuimos puede parecer una quimera. "No puedo decir mucho sobre lo que buscaban al representar a los animales en las paredes y techos de las cuevas", explica Eduardo Palacio-Pérez en esta entrevista. Palacio-Pérez es arqueólogo del Servicio de Patrimonio Cultural del Gobierno de Cantabria y ha investigado a fondo todos estos prejuicios en torno al arte paleolítico que se han creado en los últimos siglos. "Tuvo que haber diferentes sistemas de pensamiento a lo largo del tiempo y del espacio. No estamos ante un único significado y función, sino probablemente ante una variedad de motivaciones", agrega.
¿El arte paleolítico europeo es el más antiguo de la humanidad?
No,
es una de las formas de expresión gráfica más antiguas de la humanidad,
pero no la más antigua. El fenómeno del simbolismo asociado a la
actividad gráfica (grabado, pintura o escultura) está vinculado a la
aparición de nuestra especie, el Homo sapiens sapiens. Las
primeras evidencias no proceden de Europa, sino de África, dado que
nuestros orígenes hay que situarlos en este continente hace unos 200.000
años.
¿Cuáles son las primeras manifestaciones artísticas?
En
el yacimiento sudafricano de Howiesons Poort se han estudiado 270
fragmentos de cáscaras de huevo de avestruz, que se utilizaron como
recipientes, grabadas con motivos lineales organizados en bandas.
Asimismo, en el yacimiento de la cueva de Blombos, también en Sudáfrica,
se halló un fragmento de ocre grabado con motivos romboidales de unos
70.000 años de antigüedad. Cuando el Homo sapiens sapiens llegó
a Europa, hace unos 40.000 años, ya había desarrollado la capacidad de
expresarse simbólicamente a partir de sistemas gráficos.
¿El arte mobiliar europeo no es más antiguo?
Algunos investigadores sugieren precedentes muy antiguos realizados por el Homo heidelbergensis,
que vivió hace entre unos 500.000 y 200.000 años, aunque no se trata de
evidencias concluyentes. Por ejemplo, un hueso grabado con 28
incisiones procedente del yacimiento de Bilzingsleben en Alemania,
datado en unos 412.000 años, fue interpretado como un motivo gráfico
intencionado. Más controvertidas aún son dos supuestas figurillas
femeninas conocidas como la Venus de Berejat Ram, de los Altos del
Golán, y la Venus de Tan-Tan en Marruecos.
¿Y el hombre de Neandertal? ¿Conoció el arte?
El
hombre de Neandertal, que habitó Europa occidental y las orillas del
Mediterráneo desde hace unos 200.000 años hasta hace unos 40.000 años,
sí que parece haber desarrollado algunas formas de simbolismo ligadas al
adorno corporal. Un buen número de excavaciones demuestra que, desde
hace al menos 50.000 años, los neandertales elaboraron adornos con
dientes y huesos perforados, como se constata en los yacimientos
franceses de la Grotte du Renne, Grotte aux Fées, Roche Quinçais o
Arcy-sur-Cure. También hay investigadores que han analizado el uso de
conchas perforadas cubiertas de ocre que tendrían esta misma finalidad,
siendo significativas las evidencias procedentes de los yacimientos de
la cueva de los Aviones y cueva Antón en Murcia.
¿Cómo es posible que se haya conservado el colorido original del arte paleolítico? ¿Es pura casualidad?
Es
un hecho excepcional que hayan llegado hasta nosotros unas pinturas que
fueron realizadas hace tantos miles de años, pero no es por casualidad,
sino debido al medio natural en el que fueron realizadas. Las cuevas
son lugares oscuros y con unas condiciones de temperatura y humedad
bastante estables que favorecen la conservación de los pigmentos. Sin
embargo, hay muchos investigadores que estiman que tan sólo se ha
conservado una pequeña parte del arte rupestre.
¿Los artistas cavernarios crearon herramientas complejas o simplemente aprovecharon lo que les ofrecía la naturaleza?
Las
materias primas y herramientas que utilizaron generalmente estaban en
su entorno más cercano. Para grabar les bastó una lasca de sílex
apuntada o un buril. Los pigmentos eran colorantes naturales: el color
rojo lo obtenían del ocre, que es óxido de hierro, y el negro del carbón
vegetal y del óxido de manganeso. Para iluminarse en el interior de las
cuevas utilizaron teas de madera y se ha constatado el uso de lámparas
cóncavas de piedra que se alimentaban con el tuétano de los huesos de
animales, un tipo de combustible que apenas produce humo.
¿Y qué técnicas utilizaron?
Eran
muy sencillas, se limitaban a la pintura y el grabado. Pero lo que
llama la atención es el resultado, la combinación de muchas técnicas en
una sola figura, como ocurre por ejemplo con las representaciones del
Techo de los Polícromos de Altamira, donde se combinan la pintura y el
grabado, además de los trazos lineales en negro con las tintas planas en
rojo.
¿En estas representaciones hay sentido de la perspectiva y detalles anatómicos?
Sobre
el grado de "naturalismo" de algunas figuras hay que decir que el arte
parietal paleolítico incluye temas muy diferentes: abstractos, no
figurativos, con signos de diferentes tipos, puntuaciones, marcas de
dedos... Hay otros motivos figurativos como las manos en negativo,
animales, antropomorfos o figuras imaginarias que mezclan rasgos humanos
y animales o características anatómicas de diferentes animales. A las
representaciones de animales en ocasiones podríamos ponerles la etiqueta
moderna de "naturalistas" por su elevado grado de "realismo" o
"naturalismo" en las proporciones, en detalles como los ojos, el pelaje,
la cornamenta y las pezuñas o en la simulación de la tercera dimensión
como ocurre en el Techo de los Polícromos de Altamira.
Parecen conceptos muy avanzados.
Desde
principios del siglo XX hasta el descubrimiento de la cueva de Chauvet
en 1994 se pensó que existía una tendencia general de "evolución" a lo
largo del Paleolítico Superior, desde figuraciones esquemáticas de
animales hasta modelos cada vez más naturalistas. Esta concepción
implicaba un prejuicio de los investigadores al asumir el grado de
naturalismo como un principio de evolución del arte, una idea que
derivaba del estudio de la historia del arte occidental, que
tradicionalmente había tenido como modelos de referencia al arte clásico
greco-latino y al arte renacentista. Hoy entendemos estos rasgos del
arte paleolítico como meras convenciones de representación, como
elecciones culturales, que se desarrollaron en tiempos y regiones
diferentes, sin que ello implique un valor cronológico general.
El
hombre prehistórico estaba muy subyugado a la naturaleza, ¿no? ¿Qué
buscaba al representarla en las paredes húmedas de las cuevas?
No
me parece correcto decir que los humanos del Paleolítico Superior
estaban subyugados a la naturaleza. Creo que los cazadores y
recolectores paleolíticos mantuvieron una relación con su entorno
diferente a la que mantienen hoy las comunidades de agricultores y
ganaderos y, por supuesto, las sociedades industrializadas y altamente
tecnificadas como la nuestra. No creo que tuvieran el mismo concepto de
la naturaleza que nosotros ni que percibieran fronteras estrictas entre
lo natural y lo artificial e incluso lo que algunos de nuestros
contemporáneos consideran sobrenatural. Por tanto, no puedo decir mucho
sobre lo que buscaban al representar a los animales en las paredes y
techos de las cuevas.
¿El arte parietal no tenía un
carácter mágico-religioso al representar los seres y las cosas con el
propósito de influir sobre ellas?
Esa fue la teoría
dominante entre los prehistoriadores de la primera mitad del siglo XX.
Esta idea supuso un cambio de paradigma respecto a los planteamientos
esteticistas anteriores. La existencia de estas representaciones en
lugares oscuros y, en ocasiones, de difícil acceso parecía exigir una
explicación diferente a la de la mera decoración o contemplación
estética. Además, alrededor de finales del siglo XIX y principios del XX
los antropólogos y etnógrafos habían reunido una vasta documentación
sobre las creencias y ceremonias religiosas de las poblaciones entonces
llamadas "salvajes". Nacieron así los conceptos de totemismo y "magia
simpática" que sirvieron para clasificar y conceptualizar de forma
homogénea estas prácticas y sistemas de creencias.
¿Qué era la "magia simpática"?
Un concepto desarrollado por James George Frazer en su libro La rama dorada,
publicado en 1890 y de gran difusión entre antropólogos y
prehistoriadores. Gira en torno a dos principios: que lo semejante
produce lo semejante y que dos cosas que han permanecido alguna vez
unidas permanecen siempre en contacto, independientemente de la
distancia y el tiempo transcurrido. Una serie de antropólogos e
historiadores recogió estas nociones para explicar los orígenes del
arte. Observaron las sociedades de cazadores y recolectores
contemporáneos y llegaron a la conclusión de que la magia y la
representación artística, que buscaba la semejanza con su modelo,
estaban vinculadas en sus orígenes. Según estos autores, arte y magia
nacieron de la mano. El arqueólogo francés Salomón Reinach relacionó el
arte paleolítico con la "magia simpática" y estas ideas fueron asumidas
por Henri Breuil, el investigador de arte paleolítico más importante que
hubo en la primera mitad del siglo XX.
Se crearon muchos prejuicios.
Estos
investigadores asociaron las representaciones paleolíticas de animales
con las ceremonias mágicas orientadas a asegurar la reproducción de las
especies pintadas y grabadas o a propiciar su caza futura mediante la
realización frente a ellas de rituales en los que "mágicamente" se
teatralizaba su captura. Estas ideas han sido criticadas con
contundencia por investigadores posteriores, principalmente porque
partían del hecho de que existía un modelo de "mente primitiva"
homogéneo que se caracterizaba por el "pensamiento mágico", cuando la
investigación antropológica moderna ha demostrado que las creencias de
las distintas sociedades de cazadores y recolectores son muy diversas y
complejas, irreductibles a simplificaciones bajo la aplicación de
etiquetas generalistas y simplistas.
¿El arte paleolítico no está basado en las creencias religiosas?
No
puedo responder a esta pregunta de forma definitiva, dado que desde un
punto de vista científico resulta indemostrable. Afirmo que el arte
paleolítico representa conceptos, ideas y creencias que estaban en la
mente de los cazadores y recolectores del Paleolítico Superior. Son un
reflejo de su mundo simbólico. Sin embargo, la gran cantidad de tiempo
que transcurre entre su origen y su final, y el vasto espacio que ocupa,
desde los Urales hasta la península Ibérica, hace pensar que una
percepción homogénea de este simbolismo es un mero espejismo. Tuvo que
haber diferentes sistemas de pensamiento a lo largo del tiempo y del
espacio. No estamos ante un único significado y función, sino
probablemente ante una variedad de motivaciones.
¿Nunca conoceremos esas motivaciones?
Todas
las interpretaciones que se han desarrollado sobre el arte paleolítico
("arte por el arte", magia de caza, magia de fecundidad, mitogragmas,
chamanismo...) no dejan de ser conjeturas y tienen un importante grado
de especulación. El problema fundamental es la enorme distancia temporal
y la gran desconexión cultural que tenemos respecto a aquellas
poblaciones. No hay textos escritos ni tradiciones que nos vinculen con
sus formas de pensamiento, esto convierte en casi imposible la tarea de
abordar su significado. Sin embargo, otros aspectos como su cronología,
temática, distribución espacial o su relación con los contextos
arqueológicos próximos sí son aprehensibles con la metodología de la
arqueología moderna y en este sentido se están dando pasos importantes
todos los días.
Por último, ¿cómo hay que conservar las
pinturas rupestres: abriendo las cuevas al público, limitando su entrada
o creando réplicas como la de Chauvet?
Es un tema muy
controvertido. No son pocos los peligros que amenazan la conservación de
algunos conjuntos de arte paleolítico, pero tampoco conviene exagerar.
En general considero que la mayor parte de cuevas con arte rupestre
deberían estar cerradas y sólo deberían visitarse excepcionalmente por
razones de investigación. Por otro lado, se podría elegir un número
reducido de cuevas, con condiciones topográficas idóneas, para que
puedan ser disfrutadas por el público de forma controlada. Las réplicas
son una alternativa muy razonable en aquellos casos especialmente
señeros en los que la apertura al público resulta inviable por razones
de conservación, por ejemplo en Altamira, Lascaux o Chauvet.
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