"Felipe", el soldado desconocido encontrado en el Alto de la Alianza en Tacna, fue uno de los 80 oficiales peruanos que aquel 26 de mayo de 1880 dirigieron sus batallones para enfrentar a militares chilenos durante la Guerra del Pacífico en aquella zona desértica del sur del país.
Con emoción controlada, la responsable del primer proyecto de investigación para excavar un campo de batalla, Milena Vega – Centeno Alzamora, admite que Felipe ya tiene voz propia, y sigue comunicando aspectos de su vida 136 años después.
"Los resultados de los arqueólogos y antropólogos forenses revelan que Felipe fue oficial del Ejército, cuidadoso de su presentación y mestizo con rasgos caucásicos", cuenta la arqueóloga, quien está empecinada en recuperar la memoria de esta cruel guerra desde que se hizo cargo del estudio el año 2015.
Para Vega – Centeno el hallazgo de una serie de evidencias definen a Felipe como oficial de infantería del Ejército pues se le encontró ataviado de un uniforme único, no utilizado entre los soldados, elaborado de paño azul importado, de buena calidad, bien hecho y conservado.
El saco y pantalón están confeccionados con esa tela y este último tiene adicionado un “vivo” de color celeste, cocido a lo largo de la parte exterior de las piernas, de la cintura hasta el tobillo. Elemento distintivo que solo se les colocaba a los militares de infantería de alto rango. También le encontraron un botín de fino cuero, que se usa para montar a caballo.
Durante meses el equipo de especialistas, se enfocó en analizar cada una de las prendas de este oficial anónimo. Encontraron así, pegados a su polaca, cuatro botones, los únicos que se conservaron después del saqueo del que fue víctima al término de la batalla.
“Son botones dorados con rasgos distintivos del Perú pero fabricados en Francia. Según los partes de guerra, en el Alto de la Alianza murieron 80 oficiales, uno de los cuales sería Felipe. En estos momentos estamos investigando cuál de ellos podría ser él”, comentó a la agencia Andina.
Un detalle que destaca la arqueóloga es la costura de una pinza a la altura de la cintura en la parte de atrás del pantalón, al parecer porque el militar habría bajado de peso y tuvo que ajustar su prenda.
Pero también en su saco, dañado por cortes y roturas a causa de sus labores días previos a la batalla, hay costuras. Son zurcidos delicados, realizados por manos expertas, sostuvo la especialista. Lo que muestra lo cuidadoso que fue Felipe con su presencia, afirmó.
Sin embargo, su indumentaria no es la única que comunica a pesar del siglo transcurrido. Sus huesos también lo hacen. Felipe fue un hombre de manos y pies delgados, delicados, con frondosa barba y cabellera al estilo europeo, que dicho sea de paso, no se le permitía a la tropa. Además de haber sido muy velludo en las piernas, señaló la especialista.
“Definitivamente fue mestizo, su biotipo no es andino, además se deduce que tuvo nariz aguileña, y que medía no más de un metro con 67 centímetros”, anotó.
Felipe se encuentra en este momento en la Escuela Militar, en lo que es la primera sala de arqueología asociada al Ejército. Este año será trasladado al Real Felipe, donde se le asignará un espacio para perennizar su memoria.
Pero no solo la de él, aclara Vega – Centeno Alzamora, arqueóloga formada en la Universidad San Antonio de Abad y en la Pontificia Católica del Perú, sino a todos los soldados que ofrendaron sus vidas por la defensa de nuestra soberanía.
En el Alto de la Alianza, ese 26 de mayo de 1880 murieron más de 2,000 soldados peruanos; en una confrontación compleja que duró más de 15 horas, pues empezó a medianoche y terminó a las tres de la tarde.
“A esos peruanos que ofrecieron su vida por la patria hay que rendirle un homenaje perpetuo. Por eso también ese campo de batalla tiene que ser reconocido como patrimonio para ser protegido de los huaqueros. Estamos en esa cruzada para convertirlo en un santuario de guerra”.
Fuente: http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-soldado-desconocido-felipe-fue-oficial-infanteria-del-ejercito-650518.aspx
Con emoción controlada, la responsable del primer proyecto de investigación para excavar un campo de batalla, Milena Vega – Centeno Alzamora, admite que Felipe ya tiene voz propia, y sigue comunicando aspectos de su vida 136 años después.
"Los resultados de los arqueólogos y antropólogos forenses revelan que Felipe fue oficial del Ejército, cuidadoso de su presentación y mestizo con rasgos caucásicos", cuenta la arqueóloga, quien está empecinada en recuperar la memoria de esta cruel guerra desde que se hizo cargo del estudio el año 2015.
Para Vega – Centeno el hallazgo de una serie de evidencias definen a Felipe como oficial de infantería del Ejército pues se le encontró ataviado de un uniforme único, no utilizado entre los soldados, elaborado de paño azul importado, de buena calidad, bien hecho y conservado.
El saco y pantalón están confeccionados con esa tela y este último tiene adicionado un “vivo” de color celeste, cocido a lo largo de la parte exterior de las piernas, de la cintura hasta el tobillo. Elemento distintivo que solo se les colocaba a los militares de infantería de alto rango. También le encontraron un botín de fino cuero, que se usa para montar a caballo.
Durante meses el equipo de especialistas, se enfocó en analizar cada una de las prendas de este oficial anónimo. Encontraron así, pegados a su polaca, cuatro botones, los únicos que se conservaron después del saqueo del que fue víctima al término de la batalla.
“Son botones dorados con rasgos distintivos del Perú pero fabricados en Francia. Según los partes de guerra, en el Alto de la Alianza murieron 80 oficiales, uno de los cuales sería Felipe. En estos momentos estamos investigando cuál de ellos podría ser él”, comentó a la agencia Andina.
Un detalle que destaca la arqueóloga es la costura de una pinza a la altura de la cintura en la parte de atrás del pantalón, al parecer porque el militar habría bajado de peso y tuvo que ajustar su prenda.
Pero también en su saco, dañado por cortes y roturas a causa de sus labores días previos a la batalla, hay costuras. Son zurcidos delicados, realizados por manos expertas, sostuvo la especialista. Lo que muestra lo cuidadoso que fue Felipe con su presencia, afirmó.
Sin embargo, su indumentaria no es la única que comunica a pesar del siglo transcurrido. Sus huesos también lo hacen. Felipe fue un hombre de manos y pies delgados, delicados, con frondosa barba y cabellera al estilo europeo, que dicho sea de paso, no se le permitía a la tropa. Además de haber sido muy velludo en las piernas, señaló la especialista.
“Definitivamente fue mestizo, su biotipo no es andino, además se deduce que tuvo nariz aguileña, y que medía no más de un metro con 67 centímetros”, anotó.
Felipe se encuentra en este momento en la Escuela Militar, en lo que es la primera sala de arqueología asociada al Ejército. Este año será trasladado al Real Felipe, donde se le asignará un espacio para perennizar su memoria.
Pero no solo la de él, aclara Vega – Centeno Alzamora, arqueóloga formada en la Universidad San Antonio de Abad y en la Pontificia Católica del Perú, sino a todos los soldados que ofrendaron sus vidas por la defensa de nuestra soberanía.
En el Alto de la Alianza, ese 26 de mayo de 1880 murieron más de 2,000 soldados peruanos; en una confrontación compleja que duró más de 15 horas, pues empezó a medianoche y terminó a las tres de la tarde.
“A esos peruanos que ofrecieron su vida por la patria hay que rendirle un homenaje perpetuo. Por eso también ese campo de batalla tiene que ser reconocido como patrimonio para ser protegido de los huaqueros. Estamos en esa cruzada para convertirlo en un santuario de guerra”.
Fuente: http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-soldado-desconocido-felipe-fue-oficial-infanteria-del-ejercito-650518.aspx
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