Fuente: https://www.nytimes.com
Por: Roni Caryn Rabin es periodista del Times especializada en salud materna e infantil, disparidades raciales y económicas en la atención sanitaria e influencia del dinero en la medicina.
Los adultos menores de 50 años han estado desarrollando cáncer de mama y cáncer colorrectal a tasas cada vez mayores a lo largo de las últimas seis décadas y el consumo de alcohol puede ser uno de los factores que impulsan dicha tendencia, según un informe científico publicado el miércoles.
El informe, realizado por la Asociación Estadounidense de Investigación del Cáncer, enfatiza los avances científicos que han llevado a nuevos fármacos contra el cáncer y han mejorado la supervivencia en general.
Pero los autores también describen una regularidad problemática: aun cuando las tasas de muerte por cáncer han disminuido, la incidencia en general de varios cánceres ha aumentado inexplicablemente. Es especialmente alarmante el aumento entre adultos jóvenes de cánceres del sistema gastrointestinal, como el cáncer colorrectal.
El informe calcula que 40 por ciento de todos los cánceres se asocian con factores de riesgo que se pueden modificar. Recomienda reducir el consumo de alcohol, junto con otras modificaciones al estilo de vida como evitar el tabaco, mantener una dieta y un peso sanos, hacer ejercicio, evitar la radiación ultravioleta y minimizar la exposición a los contaminantes.
Los autores llaman a crear conciencia a través de campañas dirigidas al público y la adición de etiquetas específicas al cáncer a las bebidas alcohólicas.
Estas recomendaciones se dan en medio de un replanteamiento radical de los supuestos beneficios de salud de un consumo moderado de alcohol, el cual por años se consideró que era protector contra enfermedades cardiovasculares.
Tan solo el último mes, un estudio de gran tamaño que siguió a más de 135.000 adultos británicos mayores por una década encontró que los que bebían poco o de manera moderada no se beneficiaban de una reducción en las enfermedades cardiovasculares en comparación con los bebedores ocasionales.
Y tanto los que bebían poco o de manera moderada experimentaron más muertes por cáncer que los bebedores ocasionales, un hallazgo acentuado entre las personas mayores de bajos ingresos y aquellas con problemas de salud previos.
“El 51 por ciento de las personas —o más de la mitad— no sabe que el alcohol aumenta el riesgo de cáncer”, dijo Jane Figueiredo, epidemióloga en el Instituto Integral del Cáncer Samuel Oschin en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles, quien sirvió en el comité directivo que preparó el reporte. “Eso es preocupante”.
“Podemos hablar sobre el mito de que el vino tinto tiene beneficios cardiovasculares potenciales, pero hay muchas maneras de mantener tu corazón sano, y esos potenciales beneficios no compensan los riesgos de cáncer”, dijo.
El consumo excesivo de alcohol incrementa los riesgos de seis tipos de malignidades, incluyendo carcinoma esofágico de células escamosas y ciertos tipos de cánceres de cabeza, cuello, mama, colorrectales y de hígado, encontró el informe.
Un 5,4 por ciento de los cánceres en Estados Unidos —poco más de uno en cada 20 diagnósticos de cáncer— son atribuibles al consumo de alcohol en 2019, el año más reciente para el que se dispone de datos.
Con todo, el público tiene poca información. Un estudio encontró que menos de una tercera parte de las mujeres entre 18 y 25 años sabían que el uso de alcohol aumenta los riesgos de cáncer de mama.
Entre los adultos en la treintena, las tasas de cáncer aumentaron significativamente entre 2010 y 2019. Los incrementos mayores en 2019 fueron en cánceres de mama, tiroides, colon y recto, dijo el informe.
El cáncer colorrectal precoz (definido como malignidades en adultos menores de 50 años) aumentó 1,9 por ciento cada año entre 2011 y 2019, dijo el informe, citando numerosos estudios publicados que han documentado la tendencia.
Afortunadamente, los nuevos tratamientos están extendiendo el tiempo de supervivencia para las personas con cáncer. Las tasas de mortalidad para mujeres mayores a 50 años con cáncer de mama han disminuido, como también lo han hecho las tasas de mortalidad para adultos mayores con cáncer colorrectal.
Aun así, las tasas de estos cánceres en adultos menores están subiendo, como también lo han hecho las tasas de cánceres de estómago y ciertos tipos de cánceres de sangre, dijo el informe. Y aun cuando los pacientes con leucemia, melanoma y cáncer de riñón estén viviendo más, la incidencia general de estas enfermedades ha ido aumentando.
Los factores que conducen este incremento en el cáncer colorrectal no están bien entendidos, pero muchos estudios han mostrado que beber de manera frecuente y regular en la adultez temprana y media se asocia con un riesgo mayor de cánceres de colon y rectales más adelante en la vida.
El aumento del consumo de alcohol en la adultez media o tardía también empeora el riesgo. El alcohol tiene efectos adversos en el microbioma, el conjunto de bacterias, hongos y virus que viven en y dentro de nuestros cuerpos, dijo Figueiredo.
Beber altera las bacterias del intestino, que pueden desempeñar un papel en el crecimiento y dispersión del cáncer.
El alcohol es uno de los principales factores de riesgo modificables para el cáncer de mama en las mujeres. Se cree que incrementa el riesgo porque puede aumentar los niveles de la hormona estrógeno, que desempeña un papel en el desarrollo de la enfermedad. Por ello, reducir el consumo de alcohol es una de las pocas formas que tienen las mujeres de modificar su riesgo de padecer esta enfermedad.
Y aunque desde hace tiempo se desaconseja a las mujeres beber durante el embarazo por muchas razones, el informe de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer aporta otra: los estudios han demostrado que consumir alcohol durante el embarazo aumenta el riesgo de leucemia infantil en la descendencia. Tanto el consumo moderado como el elevado de alcohol durante el embarazo aumentan el riesgo, según las investigaciones.
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