Fue una de las ciudades más castigadas en la Segunda Guerra Mundial. Los nazis la bombardearon en mayo de 1940; fueron sólo quince minutos, pero el incendio posterior lo consumió todo. Dos años más tarde sería el otro bando –el aliado– el atacante, esta vez por error. Al final de la contienda Rotterdam era poco más que un solar, un montón de escombros, había que hacer borrón y cuenta nueva. Fue ahí donde la necesidad se tornó en virtud: la ciudad se convirtió en un modelo de modernidad: calles peatonales, un puerto que fue el mayor del mundo, avenidas, museos, metro, rascacielos, puentes, etc. Todo en torno al ancho río en el que se mira, el Nieuwe Maas. Hoy las altas torres de cristal conviven con las casas bajas de los barrios residenciales y algún que otro vestigio prebélico milagrosamente conservado. Esta urbe del oeste de los Países Bajos es ahora una ciudad de gran proyección internacional, donde conviven personas de procedencias variopintas y se hablan decenas de idiomas. En nuestro viaje sonoro contamos con la colaboración de la portavoz de la oficina de turismo de Rotterdam Anne Klapmuts y de otros locales como Oscar Lima, Steffie Fernández o Johan Holtoff. Escuchamos también voces como las de los españoles residentes Cristina Figueras (trabajadora del puerto) y Tomeu Bibiloni (barítono).
Fuente: RTVE: Podcast Nómadas
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