sábado, 23 de abril de 2022

RFI: Los realizadores peruanos Luis Basurto y Henri Vallejo genios del cine andino en París

EL INVITADO DE RFI


Escucha el podcast de RFI aquí: Los realizadores peruanos Luis Basurto y Henri Vallejo genios del cine andino en París

Por: Jordi Batallé

 

El realizador peruano Luis Basurto presenta este jueves en el Festival de Cine peruano de París su película ‘Las Colmenas’, en la misma velada que Henri Vallejo presenta ‘Manco Cápac’, su película seleccionada para representar a Perú en los Oscars de Hollywood 2022.

Luis Basurto nació en los andes peruanos en 1979. Creció en medio de una crisis social, donde el país se desangraba a manos de una guerra civil que trajo muchas penas al país. Sin embargo, desde niño tuvo la inquietud por el arte. Ya en la etapa de formación viajó a Lima, donde estudió cine y procuró ser parte del movimiento cinematográficos de la época, donde una nueva etapa, quizás la más corrupta de nuestros tiempos, florecía. De la mano de maestros del cine nacional peruano, como Jorge Vignati, Alejandro Legaspi y Rene Weber del GRUPO CHASQUI, Luis se vinculó con un cine sensible con cierta conciencia social.

El año 2016, Luis logra obtener el premio nuevamente con su proyecto Y la vida sigue, nombrado actualmente con el título de Las colmenas. En el proceso de formación, Luis ha participado en el Bolivia lab 2010 Y 2016, Talent Campus Buenos Aires 2016. Raymundo Gleyzer 2010. Laboratorios de Guion y Producción UNIACC CHILE 2006 Y 2007, Festival de Cine Pobre de Gibara Cuba 2007. Entre el 2018 y 2019 produjo la opera prima de Alonso Izaguirre El silencio y el tiempo. Junto a un grupo de jóvenes cineasta y gestores culturales realizó en Lima y regiones del país el taller de formación cinematográfica “hacia un cine imperfecto”.

Henry Vallejo Torres?(1970) estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno. Manco Cápac es su segundo largometraje después de El Misterio del Kharisiri (2004).

De manera deliberada, Manco Cápac da la espalda a cualquier visión turística del Perú y elige a propósito Puno, la capital folclórica del país con sus festivales tradicionales de danza y música, para acoger a Elisban, un joven campesino que vino a probar suerte en la ciudad. “Acoger” no es el término apropiado porque Elisban no es bienvenido. Ante la indiferencia, el desprecio y la denigración, solo puede vagar por la ciudad en busca de un trabajito y algo de comer. Resueltamente anclada en el presente de la grabación y permanentemente centrada en su personaje, la película da visibilidad, a través de él, a todos los invisibles a quienes preferimos ignorar. La violencia psicológica contra Elisban solo se compara con la dulzura de la forma en que la película lo mira. Como en el cine de Kiarostami, es de la sencillez de la narrativa (una errancia hecha de encuentros) que nace la emoción y la exploración de la realidad. Aunque, como en el caso del director de Y la vida continúa, la realidad no es tan evidente como lo parece.?



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