"Hasta la fecha es muy poco lo que se conoce de los Chachapoya, sociedad que floreció en los Andes Nororientales del Perú entre los 800 y 1470 d.C., cuando los Incas conquistaron la región. El bosque nublado sobre la cordillera que divide los ríos Marañón y Huallga, fue el núcleo donde vivían los Chachapoya, caracterizados por sus edificios circulares de piedra y una iconografía arquitéctonica consistente en frisos pétreos con motivos de triángulos, rombos, grecas, personajes antropomorfos y míticos, que decoran los edificios. Tampoco existe consenso sobre la organización social y política de los Chachapoya. El cronista Garcilazo y el etnohistoriador Espinoza (1967) describen a los Chachapoya como una confederación en pequeña escala. Una de las informaciones más importantes acerca de los Chachapoya es la que da Espinoza: 'antes que fuesen conquistados los dichos indios y ayllus ... (por el) dicho Topa Inga Yupanqui, estaban los dichos aillos e indios en diferentes pueblos y parcialidades; y en cada una de ellos había un señor sin ser sujeto a otro ...'
Los Chachapoya son conocidos por enterrar a sus muertos en farallones de difícil acceso. Salomón (1995), sostiene que tales entierros eran una expresión material y simbólica del culto a los antepasados, en el que los descendientes mantuvieron en vida relaciones activas con los difuntos, cuyas momias cuidaban y sus espíritus consultados. Duvoils (1963), dice que en ciertos lugares del departamento del Cusco, 'Wari' viene a ser sinónimo de 'Macho', de 'Mallqui' o de 'Gentil'. Los Wari son los antiguos pobladores que permanecen en las tumbas antiguas y las vigilan."
Página 2. Primera Conferencia Internacional sobre el Arte, la Arqueología y la Etnohistoria de los Chachapoya: Nuevos rumbos en los estudios Chachapoya. Luis Valle Alvarez. Revista Sian. Año 9 - Edición 15. Trujillo, Perú - Abril 2004.
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