Las acuarelas son ricas en representaciones de la flora y fauna peruana
(Foto: Nancy Chappell/ El Comercio)
Fuente: https://elcomercio.pe
El Archivo General de la Nación custodia los cuadernos, mapas y acuarelas del notable investigador italiano. Un tesoro documental que ya ha sido declarado patrimonio.
Si no es por la puya que lleva su nombre, a Antonio Raimondi se
lo debe reconocer por una frase que se ha repetido hasta la saciedad en
escuelas, discursos políticos y columnas de opinión: "El Perú es un
mendigo sentado en un banco de oro". Expresión ciertamente precisa,
aunque hasta ahora no se haya podido confirmar que le pertenezca. En
todo caso, la adjudicación es de una ligereza que no empata con el
prestigio que merece el eminente investigador y viajero italiano,
adoptado por el Perú.
Razones como estas hacen más valioso cualquier material ligado al
también geógrafo y naturalista milanés. Ejemplo de ello es el legado
documental que custodia el Archivo General de la Nación.
Se trata de un conjunto de 84 documentos –entre libretas con
manuscritos de Raimondi, planos, dibujos y acuarelas– que hace solo unos
meses fueron finalmente declarados Patrimonio Cultural de la Nación. El
conjunto, según explica Nora Gomero, jefa del Área de Investigación y
Gestión Cultural de la institución, permaneció durante muchos años como
propiedad del Ministerio de Fomento (hoy Ministerio de Energía y Minas)
debido a su relevancia geográfica y geológica, pero fue en 1992 que
logró pasar a manos del Archivo General por solicitud del Instituto
Nacional de Cultura.
HISTORIA ITINERANTE
Los documentos son fascinantes por su
fondo y por su forma. Para empezar, porque recogen el larguísimo
itinerario de Raimondi a lo largo del Perú, que abarca lugares tan
distantes y disímiles como las islas Chincha, las alturas de Junín, los
aposentos de culturas prehispánicas como Chavín, y hasta periplos a lo
largo del río Ucayali. Las descripciones de Raimondi destacan por su
detalle y buen ojo, y se trasladan a las páginas de sus pequeñas
libretas en la forma de una letra menuda, que no desperdiciaba márgenes.
Como ocurre con los apuntes diarios de los mejores viajeros.
A la escritura
del italiano la acompañan en perfecto paralelo una serie de dibujos que
él mismo realizaba con cierta precariedad, pero no menos interés.
Cuando la tarea de ilustrar sus hallazgos se hacía más compleja,
intervenía el trabajo de dos artistas claves: los franceses Alfred
Dumontel y H. de Garnier, encargados de las bellas acuarelas y dibujos
que también conforman el impresionante acervo.
El material
del Archivo General no es el único que se conserva de Raimondi. Cuentan
con otros documentos también la Biblioteca Nacional, el MALI, el Museo
de Historia Natural, el Museo Raimondi y algunas otras instituciones.
Pero el hecho de contar con un acervo tan amplio reunido en un solo
lugar lo hace especialmente valioso.
Lo que nos lleva al tema de su conservación y restauración. En los
últimos años, la Colección Antonio Raimondi, bajo la custodia de la
Dirección de Archivo Republicano, ha sido objeto de un proceso lento
pero firme para asegurar su posteridad. La humedad, las quemaduras de la
tinta ferrogálica y el polvo son los principales enemigos de un tesoro
documental que ya ha empezado a digitalizarse. El objetivo es que todo
el archivo esté también al alcance de los investigadores que deseen
aproximarse al trabajo del italiano. Y, cómo no, hacerle honor y emular
su ejemplo de apasionada curiosidad por el Perú.
MÁS INFORMACIÓN
- Estudios decimonónicos (del Cuzco / de los Incas)
- Museo Raimondi
- Antonio Raimondi | Historia del Perú
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