viernes, 29 de marzo de 2019

Sorpresa: los osos también son capaces de imitar los gestos de sus pares






Los osos malayos se hacían muecas unos a otros. Fue algo un poco inesperado. Los expertos en psicología comparada han estado estudiando durante años las expresiones faciales de primates como los orangutanes y los gorilas. Estos han evolucionado dando lugar a sociedades complejas y, por lo tanto, tienen que ser capaces de transmitir a sus compañeros su alegría, su enojo y otras emociones. Sin embargo, nadie se había puesto a estudiar a animales como los osos malayos, los cuales generalmente llevan vidas solitarias.

Marina Davila-Ross, primatóloga de la Universidad de Portsmouth en Inglaterra, y sus colegas se enteraron de que unos cuantos osos del sureste de Asia, que por lo general viven solos en estado salvaje, estaban en un centro de rehabilitación cerca del centro de orangutanes en Malasia, donde Davila-Ross estaba realizando sus investigaciones.

Con el deseo de saber si la comunicación facial era más común en el reino animal de lo que pensaba la gente, instalaron cámaras para captar durante varias horas las imágenes de los osos que interactuaban entre sí. En un estudio publicado el 21 de marzo en Scientific Reports, afirman que los osos malayos sí emplean expresiones faciales para comunicarse, lo que indica que tal vez la capacidad de hacerlo sea generalizada y que los animales que viven en sociedad no tienen el monopolio de la capacidad de expresarse de esta forma.

Los osos malayos son extremadamente solitarios. Los oseznos de una hembra, uno o dos, viven con ella durante dos años aproximadamente y luego se van a vivir en solitario. Parece que los adultos se reúnen en raras ocasiones, excepto para aparearse. En este centro, los osos que ya no pueden ser liberados a la vida salvaje viven en espacios donde habitan grupos de cinco o seis individuos. Para los osos, este es un sistema antinatural, pero fue perfecto para los científicos.

En sus grabaciones de la vida cotidiana de veintidós osos, los científicos se concentraron en los momentos en que los animales estaban jugando, golpeándose y forcejeando afablemente. Centraron su atención en los momentos en que los osos que jugaban miraban los rostros de sus compañeros y estuvieron pendientes de ciertas expresiones faciales, como cuando abren mucho el hocico y muestran los dientes.

Descubrieron que muy a menudo, cuando un oso hacía esta expresión facial, el otro oso la hacía un segundo después. Esto sucedía con frecuencia, y con tanta precisión —no hacían solo cualquier mueca, sino una muy parecida a la del rostro de su compañero de juego— que los científicos creen que se estaban imitando.

“No es únicamente un arrebato de emoción”, comentó Davila-Ross, queriendo decir que los osos no solo estaban mostrando placer en general. Parece que pretenden comunicarse entre ellos. ¿Qué se están diciendo los osos? “Todavía no se tiene una idea muy clara, pero hay algunas señales de que tal vez esto ayude a coordinar el comportamiento en el juego social y que esté relacionado con episodios más largos de juego”, señaló Davila-Ross. “Como tal, puede ayudar a fortalecer los lazos sociales entre los individuos que interactúan”.

Los investigadores esperan que el estudio de otros mamíferos solitarios, como los leopardos, que viven juntos en zoológicos y centros de rehabilitación, revele el verdadero alcance de este tipo de comportamiento. Davila-Ross y sus colegas ahora están utilizando sus grabaciones de video para aprender más sobre los osos como individuos y entender hasta qué punto cada uno tiene su propia manera de comportarse. Comprender el comportamiento de los osos malayos puede ayudar a determinar cuáles de ellos son buenos candidatos para regresar a la vida salvaje, afirmó.

Fuera de los muros del centro, la población de osos malayos está en declive. Su hábitat en el bosque está siendo destruido por la invasión del ser humano, y son objeto de explotación para la medicina tradicional china. Los osos actualmente están dentro de las especies “vulnerables”, aun cuando los científicos trabajan para saber más sobre la vida íntima de estos animales.

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