"La electricidad que se necesita para guardar los datos de diez cuentas de correo atiborradas mantendría encendido un foco de 10 Watts desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta hoy (...) Cada vez que evíamos un correo electrónico usamos electricidad. Y no sólo para tener encendida la computadora. En alguna parte del mundo, otro equipo descifra cada equipo descifra cada mensaje que enviamos por Internet, sin importar si hemos cambiado nuestro estado de Facebook o descargado una película en alta definición. En 2010 Google utilizó el 0.01% de la energía gastada en todo el planeta. Es como si sumáramos las facturas de electricidad de todos los hogares de Islandia por un año. Alardeamos de reciclar el plástico, pero acumulamos archivos y somos incapaces de borrarlos por el bien común.
(...)
Las cadenas de mensajes que enviamos parecen ser inofensivas pero en realidad contaminan. Sólo los expertos en almacenamiento digital saben que un envío de cinco megabytes (el promedio usual del tamaño de un mensaje en cadena) equivale a veinte veces la energía gastada para hervir agua en una tetera. Reenviar correo pesados es uno de los peores hábitos porque duplican la información que debe pasar por las vías de Internet y terminan por congestionar y demorar nuestras conexiones (... ) Lo álbumes en línea como Picasa o Flickr son la mejor alternativa porque los datos no viajan ni se multiplican, sólo se almacenan una vez."
Página 59. Texto de Luis Wong - Ilustraciones de Martín Elfman. Del click al trash. Etiqueta Verde. Setiembre 2011. Año 1 - Número 02. Lima, Perú.
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