DE NAZCA A CUZCO EN BICI:
SE VALE TODO, INCLUSO TRAILER
Dormimos en Puquio, que se encuentra en el departamento de
Ayacucho, en un alojamiento (Hotel – Restaurante El Riso) que alguna vez fue una
casona antigua con una gran huerta. Muy acogedora, el único problema era que el
dormitorio quedaba al fondo y cada vez
que alguien abría alguna llave de agua para la cocina (pues aparte de
alojamiento también era restaurante) la presión del agua descendía y la ducha
del baño quedaba temporalmente fuera de servicio. De esto nos dimos cuenta a
media lavada y refregada de cabello. Salimos a las 08:00 am, después de
degustar una sopa de gallina como desayuno, mi compañero de travesía solo fruta
y yogurt.
No quisimos detenernos en la subida pues no se tenía idea exacta de cuan larga sería la cuesta y fue bastante más larga de lo que podíamos imaginarnos. Desde kilómetro 154 - Puquio - hasta el kilómetro 195 fueron 41 kilómetros de subida hasta llegara a la primera abra. Luego una bajada leve y continuar la subida hasta el abra de Condorcunca en el kilómetro 202. Desde este punto se divisa la laguna de Yaurihuiri. Otra pequeña bajada y continuar las subida hasta el kilómetro 208 donde formalmente dimos por concluida la subida. En total 54 kilómetros que los recorrimos en 5 horas con un desnivel de 1300 metros.
Decidimos que era el mejor momento de ponernos ropa seca. Ya se imaginan el desgaste de hacer esta subida con más de 10 kg de peso. Nos detuvimos a comer galletas y algo de fruta - después de cambiarnos - echados en la canaleta (zanja) de drenaje de la carretera que nos protegía del fuerte viento. Los camiones pasaban veloces y varios choferes alegremente nos saludaban y nos confundían con Italianos o Argentinos (parece que era por el color de las tricotas). Después de está recarga de energía e impulsados por haber ganado elevación nos disponíamos a dar uso a la energía potencial adquirida e iniciar un larguísimo descenso hasta Chalchuanca. Estábamos a 4500 metros y Chalchuanca está a 2800 metros. Pero no contábamos con dos factores. El primero las ráfagas de viento en contra hacia que tuviéramos que pedalear cada vez más y más fuerte. Y el segundo que aún nos faltaban como cuarenta kilómetros de pampa con numerosas, pero pequeñas, subidas y bajadas.
A pesar de eso, el paisaje era bello. Nos encontramos con la laguna de Islacocha. Seguía soplando el viento como si tuviera algo personal contra nosotros y quisiera derribarnos de un solo sopetón. Por lo tanto y como su mente ya habrá anticipado, la velocidad de avance no se incrementaba y aumentaba el cansancio.
No quisimos detenernos en la subida pues no se tenía idea exacta de cuan larga sería la cuesta y fue bastante más larga de lo que podíamos imaginarnos. Desde kilómetro 154 - Puquio - hasta el kilómetro 195 fueron 41 kilómetros de subida hasta llegara a la primera abra. Luego una bajada leve y continuar la subida hasta el abra de Condorcunca en el kilómetro 202. Desde este punto se divisa la laguna de Yaurihuiri. Otra pequeña bajada y continuar las subida hasta el kilómetro 208 donde formalmente dimos por concluida la subida. En total 54 kilómetros que los recorrimos en 5 horas con un desnivel de 1300 metros.
Decidimos que era el mejor momento de ponernos ropa seca. Ya se imaginan el desgaste de hacer esta subida con más de 10 kg de peso. Nos detuvimos a comer galletas y algo de fruta - después de cambiarnos - echados en la canaleta (zanja) de drenaje de la carretera que nos protegía del fuerte viento. Los camiones pasaban veloces y varios choferes alegremente nos saludaban y nos confundían con Italianos o Argentinos (parece que era por el color de las tricotas). Después de está recarga de energía e impulsados por haber ganado elevación nos disponíamos a dar uso a la energía potencial adquirida e iniciar un larguísimo descenso hasta Chalchuanca. Estábamos a 4500 metros y Chalchuanca está a 2800 metros. Pero no contábamos con dos factores. El primero las ráfagas de viento en contra hacia que tuviéramos que pedalear cada vez más y más fuerte. Y el segundo que aún nos faltaban como cuarenta kilómetros de pampa con numerosas, pero pequeñas, subidas y bajadas.
A pesar de eso, el paisaje era bello. Nos encontramos con la laguna de Islacocha. Seguía soplando el viento como si tuviera algo personal contra nosotros y quisiera derribarnos de un solo sopetón. Por lo tanto y como su mente ya habrá anticipado, la velocidad de avance no se incrementaba y aumentaba el cansancio.
Ningún pueblo ni casa se divisaba a la distancia. Recién
después de unos 25 kilómetros llegamos a un solitario caserío: Negro Mayo. Tuve
suerte de encontrar una tienda en el caserío de Negro Mayo y comprar un par de panes
de tres puntas pues todo estaba cerrado al ser un domingo por la tarde, de
viento fuerte, y frio cortante. Ya eran las 04:00 p.m. y la abuelita que me
atendió solo atinó a decir, y con cara de asombro: “Caballero Chalhuanca esta lejitos...”.
Así que a seguir pedaleando con más y más animo sólo
alentado por el hecho de encontrar la pronunciada bajada pero curva tras curva
esta no aparecía y las ráfagas de viento inclementes nos retrasaban más.
Solamente en uno de los recodos que tiene la carretera estuvimos a favor del
viento, y descubrimos que el viento era lo suficientemente fuerte para
impulsarnos sin pedalear. Esto era realmente increíble.
Las horas pasaban y habíamos recorrido 40 kilómetros de la “pampita
o “planicie” que un gentil señor en Puquio nos había comentado casualmente.
Como si fuera algo de de hacerla tres o cuatro veces al día y sin “novedad en
el frente”. En cambio nosotros no encontrábamos alivio a este vía crucis. Pero,
y sin saberlo, la ayuda estaba en camino.
Y llego en la extraña forma de un tráiler transportando 42 toneladas de azúcar. A las 05:45 p.m. este vehículo se atravesó por nuestro camino y ofreció llevarnos a la lejana Chalhuanca (Aún nos faltaban 80 kilómetros). Así que nos detuvimos y subimos las bicicletas. El conductor parece que tenía por hobby llevar ciclista en problemas pues tenía varias anécdotas al respecto.
Y llego en la extraña forma de un tráiler transportando 42 toneladas de azúcar. A las 05:45 p.m. este vehículo se atravesó por nuestro camino y ofreció llevarnos a la lejana Chalhuanca (Aún nos faltaban 80 kilómetros). Así que nos detuvimos y subimos las bicicletas. El conductor parece que tenía por hobby llevar ciclista en problemas pues tenía varias anécdotas al respecto.
Después que nos recogió vimos que estábamos por llegar al
caserío de Pampamarca, donde hubiéramos podido dormir, pero que después aún teníamos
como 05 kilómetros de subida de la brava, más pampa y recién después la añorada
bajada. Habríamos llegado a Chalhuanca a la media noche se seguíamos
probablemente.
Comentar que por estar cargado, con sus dulces
42 toneladas de azúcar, la velocidad máxima a la que bajaba el trailer era de
10km por hora. A Chalhunca llegamos a las 09:30 p.m. Bajamos las bicis. Le
dimos las gracias y nos despedimos. El chofer planeaba comer en Chalhuanca,
seguir un rato más, dormir al borde del camino unos horas y llegar al Cuzco al
día siguiente al medio día. A nosotros nos esperaba el hotel Plaza y una bien
merecida cena caliente.
Y para concluir fueron 54 kilómetros de subida a una velocidad promedio de 10.6 kilómetros
por hora, luego una larga planicie otros 44 kilómetros a 10 km por hora y por último un
tramo en un trailer que debido a su pesada carga y la peligrosidad de la
pronunciada pendiente no superaba los 10 kilómetros por hora
DATOS TECNICOS
Distancia: 98 km.
Tiempo: 09 horas (aprox.)
Todo asfaltado
Tiempo: 09 horas (aprox.)
Todo asfaltado
ETAPAS
- Nazca - Puquio
- Puquio - Chalhuanca
- Chalhuanca - Abancay
- Abancay - Curahuasi
- Curahuasi – Izucacha
- Izucacha - Cusco
- Fotos de la ruta
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