Aunque los rasgos particulares de los sistemas clasificatorios presentados por Felipe Guamán Poma de Ayala, Garcilaso de la Vega y Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua pueden variar en los detalles, es importante señalar que las categorías de grupos genealógicos jerárquicamente ordenados que se desprenden de estas crónicas son casi idénticas. En estos sistemas clasificatorios, el rey inca y sus ancestros divinos en Cuzco tenían la máxima importancia. El nivel inferior de la jerarquía social cuzqueña lo ocupaban los incas de privilegio, que se encontraban genealógica y geográficamente alejados del emperador y de la capital. De este modo, aunque el sistema tenía su base en la genealogía, las relaciones territoriales reales existentes entre los diversos grupos jerárquicamente ordenados reafirmaban la jerarquía social Cuzco-céntrica prevaleciente. La jerarquía social de la región del Cuzco asimismo, quedó legitimada a través de las referencias a los actos míticos de Manco Capac, de quien se decía había establecido la jerarquía regional durante la creación primordial de la existencia humana.
Después de la formación del Estado incaico, los incas de privilegio siguieron desempeñando papeles importantes en la organización imperial. Por ejemplo, pareciera que ellos ocuparon una amplia gama de cargos administrativos a lo largo de los territorios recién conquistados del imperio. Guamán Poma de Ayala presenta un examen detallado de las funciones administrativas desempeñados por los incas de privilegio. Aunque su lista no debe interpretarse literalmente como una descripción de la organización de un Estado basada en una serie de grupos étnicos altamente especializados, sí enfatiza la amplia gama de puestos administrativos que los distintos miembros de los grupos de incas de privilegio podían ocupar entre ellos los de gobernantes regionales y de provincias, jueces, mensajeros, agrimensores, administradores de los caminos y puentes reales, e inspectores.
Los incas de privilegio también desempeñaron un papel crucial en las políticas de colonización incaicas. Después de conquistada una nueva región, los incas frecuentemente transferían parte de la población indígena a una zona distinta y llevaban a la provincia recién ganada colonos de distintos antecedentes étnicos. Aunque no entendemos bien la institución incaica de los mitimaes (colonos), la cual requiere de un extenso estudio, se ha hecho evidente que los incas de privilegio a menudo eran reubicados en áreas recientemente incorporadas al imperio. Identificados estrechamente con la jerarquía social gobernante del Cuzco y leales al Estado inca, ellos eran colonos ideales.
Usaremos aquí el área alguna vez cubierta por los incas de privilegio para definir la tierra nuclear de los incas. Se trata de una región que tiene un radio aproximado de 60 kilómetros desde el Cuzco. En ella hay varias áreas geográficas distintas, tales como la cuenca del Cuzco y las de Lucre y Huaro o la pampa de Anta, que tuvieron poblaciones muy grandes en la tardía época prehistórica. Los grupos procedentes de estas zonas, como los incas (Cuzco), xaquixaguanas (Anta), ayamarcas (Anta y Chinchero), mohinas (Lucre), pinahuas (Lucre) y huaros (Huaro), desempeñaron papeles distintos, pero cruciales en la formación final del Estado inca. También le cupo un papel destacado a otros grupos, como los chit'apampas y los cuyos, situados al norte del Cuzco, en el valle del río Vilcanota, e incluso a otros aún más pequeños, como los tambos, chillques y mascas en las regiones al sur del Cuzco. No obstante, estos distintos grupos únicamente se vuelven arqueológicamente reconocibles en época relativamente tardía de la prehistoria, durante el periodo Killke (1000 - 1400 d.C.). La historia completa del Cuzco y el desarrollo de sociedades complejas en los Andes sur-centrales comenzó mucho antes, con el arribo de las primeras bandas de cazadores-recolectores a la región poco después del final de la Edad del Hielo. Sin embargo, antes de examinar la forma en que vivían es necesario entender las condiciones generales del clima en la región en donde se desarrollaron estas culturas.
Después de la formación del Estado incaico, los incas de privilegio siguieron desempeñando papeles importantes en la organización imperial. Por ejemplo, pareciera que ellos ocuparon una amplia gama de cargos administrativos a lo largo de los territorios recién conquistados del imperio. Guamán Poma de Ayala presenta un examen detallado de las funciones administrativas desempeñados por los incas de privilegio. Aunque su lista no debe interpretarse literalmente como una descripción de la organización de un Estado basada en una serie de grupos étnicos altamente especializados, sí enfatiza la amplia gama de puestos administrativos que los distintos miembros de los grupos de incas de privilegio podían ocupar entre ellos los de gobernantes regionales y de provincias, jueces, mensajeros, agrimensores, administradores de los caminos y puentes reales, e inspectores.
Los incas de privilegio también desempeñaron un papel crucial en las políticas de colonización incaicas. Después de conquistada una nueva región, los incas frecuentemente transferían parte de la población indígena a una zona distinta y llevaban a la provincia recién ganada colonos de distintos antecedentes étnicos. Aunque no entendemos bien la institución incaica de los mitimaes (colonos), la cual requiere de un extenso estudio, se ha hecho evidente que los incas de privilegio a menudo eran reubicados en áreas recientemente incorporadas al imperio. Identificados estrechamente con la jerarquía social gobernante del Cuzco y leales al Estado inca, ellos eran colonos ideales.
Usaremos aquí el área alguna vez cubierta por los incas de privilegio para definir la tierra nuclear de los incas. Se trata de una región que tiene un radio aproximado de 60 kilómetros desde el Cuzco. En ella hay varias áreas geográficas distintas, tales como la cuenca del Cuzco y las de Lucre y Huaro o la pampa de Anta, que tuvieron poblaciones muy grandes en la tardía época prehistórica. Los grupos procedentes de estas zonas, como los incas (Cuzco), xaquixaguanas (Anta), ayamarcas (Anta y Chinchero), mohinas (Lucre), pinahuas (Lucre) y huaros (Huaro), desempeñaron papeles distintos, pero cruciales en la formación final del Estado inca. También le cupo un papel destacado a otros grupos, como los chit'apampas y los cuyos, situados al norte del Cuzco, en el valle del río Vilcanota, e incluso a otros aún más pequeños, como los tambos, chillques y mascas en las regiones al sur del Cuzco. No obstante, estos distintos grupos únicamente se vuelven arqueológicamente reconocibles en época relativamente tardía de la prehistoria, durante el periodo Killke (1000 - 1400 d.C.). La historia completa del Cuzco y el desarrollo de sociedades complejas en los Andes sur-centrales comenzó mucho antes, con el arribo de las primeras bandas de cazadores-recolectores a la región poco después del final de la Edad del Hielo. Sin embargo, antes de examinar la forma en que vivían es necesario entender las condiciones generales del clima en la región en donde se desarrollaron estas culturas.
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37-63 (Capítulo 02 - El territorio nuclear de los incas). Cuzco antiguo tierra natal de los incas. Brian
S. Bauer. Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolome de Las Casas
(CBC). Cuzco, Perú - 2008.
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El 1º Inca: Manco Cápac.
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