La ciudad del Cuzco fue la capital imperial de los incas. Reconstruida y ampliada por una serie de reyes exitosos, tuvo algunas de las más grandes obras arquitectónicas de América. Alrededor de su gran plaza central se alzaban varios palacios y por lo menos cuatro grandes galpones. Los templos más importantes del imperio entre ellos los del Sol, la Luna, el Trueno/Rayo y el dios creador, también se encontraban cerca de la plaza, junto con las impresionantes instalaciones que albergaban a una clase de mujeres de élite que ayudaban a mantener los templos.
Durante el apogeo del esplendor arquitectónico inca, la ciudad del Cuzco fue construida con un sistema de retícula laxo, conformado por garndes conjuntos divididos por calles angostas. Los muros de los conjuntos eran sustanciales, alcanzando algunos de ellos 4 ó 5 metros de alto, y estaban hechos con piedras talladas espléndidamente. Unos cuantos de estos muros externos han sobrevivido y aún pueden vérseles. Dentro de los conjuntos había, sin embargo, cientos de edificaciones más pequeñas, muchas de ellas también de piedra. Casi todas estas construcciones más pequeñas fueron destruidas después que los españoles se dividieran los conjuntos entre ellos en 1536, y comenzaron a reconstruir la ciudad siguiendo las convenciones europeas.
En este momento el interior de los conjuntos reales de la ciudad no sólo fueron íntegramente destruidos y transformados, sino que los europeos crearon nuevos espacios sagrados con la construcción de varias inmensas estructuras religiosas. Estas incluían la Catedral del Cuzco, los templos franciscano, jesuita y dominico, y los conventos de Santa Clara y Santa Catalina, para nombrar apenas unas cuantas de ellas. Acosta, en 1580, describe cómo se organizaba el trabajo a medida que se tomaban las piedras de los edificios incas para construir las nuevas estructuras del Cuzco hispano. El nota que los nativos llevaban a cabo su trabajo organizados dentro de sus grupos familiares tradicionales. Además de esto, él nota que los nativos iban y que cantaban al trabajar (descrito por MacCormack, 1991:252). En otras palabras, las nuevas estructuras hispanas no sólo fueron levantadas encimas de importantes edificios y plazas incas, sino que su construcción requirió además inmensas cantidades de piedra, buena parte de la cual se adquirió demoliendo los vecinos palacios reales y templos. Con esta destrucción, la naturaleza del Cuzco inca cambió para siempre.
Página 211-266 (Capítulo 10 - El Cuzco incaico. Resumen y conclusiones). Cuzco
antiguo tierra natal de los incas. Brian S. Bauer. Centro de Estudios
Regionales Andinos Bartolome de Las Casas (CBC). Cuzco, Perú - 2008.
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