Para el Sur por por Margarita Huanqui
Es casi una necesidad existencial, escribir, transmitir un poquito de lo que significó en mi ruta viajera, el Sur, reconocer que he estado vendada, para ser benevolentes distraída, distraída de los inmensos paisajes chilenos, de sus planos verdes, de su agradable vino, de sus bares en el puerto, distraída del chocolate argentino, de sus lagos en la cordillera, de sus andenes y escaleras, de la nieve, de la retama en primavera. Partía temerosa, con los mil y un cuidados que debes tener para llegar a esta parte del planeta, era improbable aquí encontrarme con personas que te reciban, te acojan, te sonrían te cuiden, TE HAGAN SENTIR EN CASA, mientras escribo no puedo evitar sentirme avergonzada por los prejuicios con los que partí y al instante agradecer por los amigos con los que regreso, entonces, distraída de los seres humanos increíbles maravillosos, que la vida me dio la oportunidad de conocer.
"No soy de aquí ni soy de alla", dice Facundo Cabral, es que soy de esta parte del planeta, porque el de arriba así lo permitió, en tierras sureñas las fronteras habían desaparecido, por los rasgos camaleónicos podía ser Mexicana, Ecuatoriana, Colombiana o Boliviana, tal vez cabía la posibilidad de ser Peruana. Afirme entonces, para tener alguna identificación.
Subirte al avión con incertidumbre, coger las ilusiones querer volver a los 17, para al instante sentir la sonrisa confiada del señor que te ayuda con las maletas, empezar el recorrido conectar con el bus, primera parada para el desayuno en OSORNO, el abrazo con el amigo Mapuche retroceder 10 años, quedarse unos segundos en el rio de la Plata.
Casaca en mano seguimos más al sur todavía, lluvia y viento para que el alma inicie el regocijo, el lago verde, puedes entender tanta complicidad- es corto el tiempo- de nuevo al bus para llegar al pacifico sin olas- sorprendida "Y yo la deje sola frente al Mar- Puerto Montt" es como si la naturaleza te dijera un poco más y llegamos a la cordillera.
Las emociones se juntan, mañana, cruzamos la cordillera hacemos el paso de los andes para llegar a la ciudad que añorabas de adolecente, el blanco merengue no podría detenerte para pensar que aquí cerquita la tienes para disfrutarla - falta tan poco -, 5 horas el cansancio no puede ganarte- migraciones para registrar tu ingreso - ahí esta con sus bosques blancos con sus lagos fríos, con su lento caminar, con la amabilidad de NAHUEL, con su vino de 3 cepas, con la trucha al limón con Campanario y su chocolate, con el centro de esquí más grande de Sudamérica Catedral. Celebre Bariloche para decirte que tal vez hubiéramos detenido el reloj, que tal vez la mochila debió ser cargada un poquito antes.
Volver, es necesario acaso dejar el lugar de los sueños, la nostalgia atrapa, se debe cumplir la agenda llegar al Puerto, mientras el bus avanza, piensas será preciso o es que la magia podría terminarse, imaginas el rostro del amigo músico del amigo Mapuche, confías, tras el instante de reconocimiento estas recorriendo Viña del Mar, con el amigo Filosofo, porque el amigo músico no pudo llegar, mientras comes la empanada de macha con queso, observas el pacifico con olas, vuelves a respirar, locos estamos los seres humanos, que no confiamos por dejarnos llevar por la nacionalidad. Ya en Valparaiso preparo el desayuno bebo vino, carreteo, duermo en casa de gente a la que acabo de conocer y para ser dramáticos son CHILENOS, no tiene nada que ver con la forma en que te dijo mama que debes manejarte, solo para demostrar que los seres humanos no estamos en extinción y están aquí nomas.
Ahora, con el corazón cerca de Facundo, mientras pienso en Pablo, escucho a Eva, elevo una oración, por los amigos que deje en este viaje, pido vida y oportunidad de volverlos a ver, mi solicitud al universo de bendecir su camino de aquí al infinito, de que hagan realidad cada sueño y cada meta, mi agradecimiento sin líneas demarcatorias, sin ningún orden en particular, solo con el recuerdo de sus rostros en mi memoria de sus palabras para mi alma, solo con la emoción del abrazo que no quiero soltar: Santiago -Osorno-Puerto Montt-Puerto Varas- Bariloche- Viña del Mar- Valparaiso.
"No soy de aquí ni soy de alla, no tengo edad ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad" - Facundo Cabral.
"No soy de aquí ni soy de alla", dice Facundo Cabral, es que soy de esta parte del planeta, porque el de arriba así lo permitió, en tierras sureñas las fronteras habían desaparecido, por los rasgos camaleónicos podía ser Mexicana, Ecuatoriana, Colombiana o Boliviana, tal vez cabía la posibilidad de ser Peruana. Afirme entonces, para tener alguna identificación.
Subirte al avión con incertidumbre, coger las ilusiones querer volver a los 17, para al instante sentir la sonrisa confiada del señor que te ayuda con las maletas, empezar el recorrido conectar con el bus, primera parada para el desayuno en OSORNO, el abrazo con el amigo Mapuche retroceder 10 años, quedarse unos segundos en el rio de la Plata.
Casaca en mano seguimos más al sur todavía, lluvia y viento para que el alma inicie el regocijo, el lago verde, puedes entender tanta complicidad- es corto el tiempo- de nuevo al bus para llegar al pacifico sin olas- sorprendida "Y yo la deje sola frente al Mar- Puerto Montt" es como si la naturaleza te dijera un poco más y llegamos a la cordillera.
Las emociones se juntan, mañana, cruzamos la cordillera hacemos el paso de los andes para llegar a la ciudad que añorabas de adolecente, el blanco merengue no podría detenerte para pensar que aquí cerquita la tienes para disfrutarla - falta tan poco -, 5 horas el cansancio no puede ganarte- migraciones para registrar tu ingreso - ahí esta con sus bosques blancos con sus lagos fríos, con su lento caminar, con la amabilidad de NAHUEL, con su vino de 3 cepas, con la trucha al limón con Campanario y su chocolate, con el centro de esquí más grande de Sudamérica Catedral. Celebre Bariloche para decirte que tal vez hubiéramos detenido el reloj, que tal vez la mochila debió ser cargada un poquito antes.
Volver, es necesario acaso dejar el lugar de los sueños, la nostalgia atrapa, se debe cumplir la agenda llegar al Puerto, mientras el bus avanza, piensas será preciso o es que la magia podría terminarse, imaginas el rostro del amigo músico del amigo Mapuche, confías, tras el instante de reconocimiento estas recorriendo Viña del Mar, con el amigo Filosofo, porque el amigo músico no pudo llegar, mientras comes la empanada de macha con queso, observas el pacifico con olas, vuelves a respirar, locos estamos los seres humanos, que no confiamos por dejarnos llevar por la nacionalidad. Ya en Valparaiso preparo el desayuno bebo vino, carreteo, duermo en casa de gente a la que acabo de conocer y para ser dramáticos son CHILENOS, no tiene nada que ver con la forma en que te dijo mama que debes manejarte, solo para demostrar que los seres humanos no estamos en extinción y están aquí nomas.
Ahora, con el corazón cerca de Facundo, mientras pienso en Pablo, escucho a Eva, elevo una oración, por los amigos que deje en este viaje, pido vida y oportunidad de volverlos a ver, mi solicitud al universo de bendecir su camino de aquí al infinito, de que hagan realidad cada sueño y cada meta, mi agradecimiento sin líneas demarcatorias, sin ningún orden en particular, solo con el recuerdo de sus rostros en mi memoria de sus palabras para mi alma, solo con la emoción del abrazo que no quiero soltar: Santiago -Osorno-Puerto Montt-Puerto Varas- Bariloche- Viña del Mar- Valparaiso.
"No soy de aquí ni soy de alla, no tengo edad ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad" - Facundo Cabral.
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