miércoles, 18 de septiembre de 2019

MUNA, un museo emblema para celebrar el bicentenario






Todo comenzó con una pregunta fría y sencilla: ¿Cómo evitamos que un incendio se lleve todo el patrimonio de textiles prehispánicos del Perú? No es una pregunta forzada: hoy, en un solo espacio del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia, existen 50 mil piezas en conservación.

Incendios como el que arrasó en el 2018 el Museo Nacional de Río, uno de los más antiguos de Brasil, nos muestra que el riesgo es real. Nuestros incalculables tesoros artísticos e históricos pueden desaparecer en un instante. La urgente discusión se inició en el Ministerio de Cultura hace seis años, y luego de estudiar las técnicas de conservación de los museos del ramo más importantes del mundo, se decidió por una solución radical: la construcción de un edificio moderno, que pueda asegurar todas las condiciones de control y seguridad. La mañana del domingo 15 de setiembre, el presidente Martín Vizcarra, el primer ministro Salvador del Solar y el ministro de Cultura, Luis Jaime Castillo, hicieron una visita informal al edificio que, finalmente, asegurará el futuro de nuestro tan frágil patrimonio prehispánico. Construido por un consorcio formado por las empresas OHL y Aldesa Construcciones, y gerenciado por la Unops (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos), las obras del MUNA (Museo Nacional de Arqueología) han llegado a un 90% y ya evidencian su monumentalidad.

Ubicado en la zona arqueológica de Pachacámac, en el kilómetro 31 de la antigua Panamericana Sur, se trata de una caja de concreto y cristal, sólido y leve, gris y luminoso. Sus cinco niveles articulados por plataformas centrales pueden adaptarse a los más diferentes planteamientos museográficos y su techo cuenta con gigantescas cornisas que permiten regular el paso de la luz solar. Está claro: el edificio que acogerá las magníficas creaciones de los antiguos peruanos es, en sí mismo, una obra de arte.

Como señaló a El Comercio el ministro Castillo, el MUNA es un proyecto emblemático dentro de las inminentes celebraciones del bicentenario de nuestra independencia, junto a la renovación completa del MNAAHP de Pueblo Libre, que se convertirá en el Museo Nacional de Historia, la construcción del nuevo edificio del Archivo General de la Nación también en Pueblo Libre, así como el Centro de Visitantes en Machu Picchu.

Como señala Castillo, el edificio del MUNA está prácticamente listo, y será entregado al Estado a fines de octubre. Con sus 70 mil metros cuadrados construidos, no solo se trata de una obra colosal, sino también funcional.

Incluye modernos depósitos que podrán adaptarse a las necesidades futuras, y que están divididos en módulos para aislar las diferentes colecciones, protegidas con sistemas de control de temperatura, humedad y luz. En caso de fuego, por ejemplo, un sistema contra incendios absorbe el oxígeno y dispersa nubes de agua que ahogan las llamas. 

INAUGURACIONES Y MUDANZAS

Terminado el edificio, empieza la fase del diseño de la museografía para el MUNA, cuya primera actividad pública se tiene agendada el 2021, con una exposición que reúna las diferentes muestras de arte peruano prehispánico que han circulado por el mundo y cuyas piezas no se han visto en el Perú. Luego, el museo acogerá distintas actividades como la implementación de sus institutos de investigación, de conservación y de registro.
 
Finalmente, habrá que esperar hasta el 2024 para acudir a la inauguración de la exposición de su colección permanente. En esta sala, el circuito estará basado en anillos internos y externos, que permitirán al visitante conocer los períodos de las civilizaciones prehispánicas, desde el arcaico formativo, el intermedio temprano e intermedio y la época inca, o elegir un circuito más rápido que lo lleve directamente a las galerías de textiles y de metales.

"El MUNA cumplirá una función rectora del nuevo Sistema Nacional de Museos. Es una apuesta a largo plazo, es el inicio de una reforma", explica Castillo.

Para lo que el flamante MUNA no tiene prisa será en la mudanza de las colecciones. Como señala el ministro de Cultura se trata de un trabajo que tiene que ver con los registros y conservación de los depósitos, algo lejos de la mirada del público.

"Mudar colecciones como la de textiles paracas del Museo de Pueblo Libre, con más de 50 mil piezas, nos va a tomar 20 años. La cuestión de seguridad está por encima de cualquier otro interés. No tenemos apuro. Es mejor hacer las cosas bien que hacerlas rápido", señala. Para Denise Pozzi-Escot, directora del museo de sitio de Pachacámac y cuyo equipo es responsable del diseño de la museografía del MUNA, no podemos pensar en inaugurar un museo completo a la vez. En efecto, se trata de un trabajo sumamente complejo, delicado y progresivo. Hay que pensar en cómo llegan las piezas, en los laboratorios y los depósitos se debe controlar previamente las condiciones de temperatura y humedad para recién traer los materiales. Ya aquí, deberán pasar por todo un proceso de desembalaje y restauración preventiva.

Es imposible tener todo eso listo el próximo año. ¡Sería un caos!, explica. Por ello, como proyecto piloto, se comenzará trasladando a las nuevas instalaciones la colección actualmente conservada en los sótanos del Ministerio de Cultura. Como señala Pozzi-Escot, se trata de alrededor de 19 mil piezas, entre cerámica, metales y textiles.

"Es una colección ya con registro nacional, preparada para su traslado. Falta el trabajo de conservación preventiva y verificar que esté todo controlado para que puedan venir las piezas. Este plan piloto activará las diferentes zonas del museo y se irán ampliando según las necesidades", añade. 
 
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