MITO DE ETANA
Leyenda de los Sumerios-Acadios
Etana estaba destinado a ser guía de los hombres y las insignias de su poder las forjaron en oro los dioses allá en el cielo. Shamash, el dios del Sol, loenvió a un monte, donde Etana encontró un águila herida, con las alas rotas, pues fue agredida por una serpiente. La curó y cuando el águila sanó, su bienhechor le propuso que subieran al cielo, donde reinan los tres dioses: Shamash, el Sol; Sin, la Luna; e Ishtar, la estrella de la mañana. El águila ya alguna vez había ascendido y conoció a Ishtar en todo su esplendor, sentada en un trono luminoso con una guardia de leones. El águila ya conocía la puerta del cielo y se ofreció a conducir a Etana, quién aceptó de mil amores; entonces se abrazó al ave, tendidos los brazos a los lados. Volaron y se elevaron más y más. Desde lo alto, ya vislumbraron la puerta del cielo. ¡Qué magnífico vuelo, él abrazado a un águila como a un ángel! Desde arriba se veía, pequeñísima, la Tierra: “ni abarcando los mares parece mayor que un breve patop” – penso Etana -. Hizo mal en seguir mirando hacia abajo en vez de anhelar a los dioses altísimos. De tanto elevarse, la Tierra se hizo más pequeña hasta ser apena un punto luego se perdió de vista por completo. Etana sintió vértigo y su vértigo paralizó el aire en el que aleteaba el águila. Ambos cayeron y se estrellaron. El águila murió y Etana se convirtió en un fantasma.
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