miércoles, 17 de enero de 2024

Expondrán en Chequia el pozo de madera más antiguo del mundo

 

 

Fuente: https://espanol.radio.cz

Autor: Naďa Kubínková , Ivana Vonderková

 

La restauración del pozo de madera más antiguo del mundo, descubierto en territorio checo y que data de la prehistoria, llegó a su fin. A principios de mayo será presentado al público en el Museo de Bohemia Oriental en Pardubice.

Al investigar los terrenos por donde cruzará la autopista D35, arqueólogos checos descubrieron en 2018 un antiguo pozo de madera cerca de la localidad de Ostrov, en el distrito de Pardubice, Bohemia Oriental. Tras ser sometido a diversas pruebas científicas, fue confirmado que esta construcción prehistórica de madera es la más antigua del mundo.

Los científicos presentaron el pozo al público por primera vez hace cinco años, en enero de 2019. Según revelaron los anillos de los árboles utilizados para la construcción del pozo, los troncos de robles fueron talados entre 5256 y 5255 antes de nuestra era, y los troncos en sus esquinas unos cuantos años antes todavía.

El público podrá ver nuevamente el pozo, pero ya restaurado, a principios de mayo próximo, según dijo a la Radio Checa Tomáš Libánek, director del Museo de Bohemia del Este.

“Uno de los temas de la exposición será el agua, los pozos y las construcciones de madera en general. El pozo prehistórico de madera será seguramente el artefacto de mayor atractivo”.

El restaurador Karol Bayer, de la Facultad de Restauración de la Universidad de Pardubice dijo a la Radio Checa, que las piezas del pozo fueron conservadas en una solución de sacarosa, que ayuda a mantenerlos más firmes.

“Los trozos del pozo están más firmes ya, pero hay que manipular con ellos con cuidado, porque el azúcar no es todopoderoso. Impide que la madera se comprima a la vez que garantiza cierto endurecimiento. Pero a la vez hay que tener mucho cuidado, porque no se puede coger un trozo del pozo por una punta, porque el que lo haga corre el riesgo de que esa punta le quede en la mano”.

El pozo prehistórico de forma cuadrada tiene una altura de 140 centímetros, y está hecho con cuatro pedazos de troncos en sus esquinas, entre los que yacen colocadas tablas de 80 centímetros de longitud que son los lados del pozo. En la restauración participaron cinco especialistas. Los trabajos de restauración duraron más de dos años y después fue sumergido en una solución de sacarosa durante 16 meses.

De acuerdo con Karol Bayer, la forma y el nivel de conservación del pozo confirman que los constructores de pozos del Neolítico hicieron un buen trabajo.

“La superficie de madera del pozo da una impresión muy natural. Pero lo que resultó realmente fascinante para nosotros fue que con instrumentos de piedra muy simples a la vez que efectivos al parecer, lograron crear formas exactas. En la superficie de la madera se pueden ver marcas que revelan el trabajo con la madera, entalladuras producidas por un instrumento bien afilado. Se puede ver así el trabajo manual del hombre que había trabajado hace unos 7000”.

Como acotó el restaurador Karol Bayer, el pozo se conservó en muy buen estado, lo que se debe a muchos factores.

“Cuando los materiales orgánicos como la madera y otros se encuentran en un ambiente con poco oxígeno, bajo el agua por ejemplo y se cumplen también otras condiciones específicas, las bacterias que destruyen el material orgánico tienen condiciones más difíciles. Esto permite conservar un artefacto de madera, en este caso el pozo, durante un tiempo muy prolongado”.

De acuerdo con el arqueólogo Tomáš Zaoral, el descubrimiento reveló asimismo lo que comían los hombres del período neolítico. Esto gracias a que fueron descubiertos en el pozo espectros de polen y segmentos diminutos de plantas vinculadas con determinados tipos de cereales. Lo más importante fue el descubrimiento de los primeros segmentos de amapola y lino, sembrados en territorio de la actual República Checa.

 

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