Fuente: https://espanol.radio.cz
Autor: Magdalena Hrozínková , Martina Kutková
Escuchalo aquí: Kafka en su casa de verano en Třešť
La ciudad de Třešť, situada en el centro de Chequia, es uno de los lugares que Kafka gustaba visitar. Antes de comenzar a trabajar, solía visitar allí en verano a su tío.
El paseo tras las huellas de Kafka en Třešť comienza junto a la antigua sinagoga. Nos acompaña Romana Šťastná, jefa del Departamento de Cultura de la Administración Municipal de Třešť. Entramos en el edificio de la antigua sinagoga, en el que en el primer piso está instalada una exposición dedicada a Franz Kafka y su familia. Kafka viajaba a Třešť de vacaciones durante sus estudios, entre 1900 y 1907. Pasaba el verano en la casa de su tío Siegfried Löwy, que era médico y tenía un consultorio en la ciudad. El doctor Löwy era el hermano menor de la madre de Kafka, según contó a Radio Praga Internacional Romana Šťastná.
“A Franz Kafka le gustaba viajar a visitar a su tío. Siegfried Löwy era un hombre soltero, bastante tímido, pero muy erudito. Kafka tenía una relación muy buena con él, quizás porque el tío pasaba con él mucho tiempo, escuchaba cuando Kafka le quería hablar de sus problemas y le daba consejos cuando era necesario. Kafka disfrutaba en Třešť de una vida provinciana que no conocía de Praga”.
En 1907 Kafka escribió lo siguiente en una carta a su amigo Max Brod:
“Voy mucho en moto, también voy a nadar y luego me acuesto desnudo
en el pasto junto al estanque, y hasta la medianoche suelo pasear con
una muchacha por el parque”.
Y luego Kafka escribe a Brod que también iba a pastar con las vacas y las cabras y bebía mucha cerveza. En Třešť, el futuro famoso escritor conoció también a su amor de verano. Hedwig Weiler (1888-1953) provenía de Viena y a Třešť iba a visitar a sus parientes. Cuando conoció a Kafka estudiaba en Viena en un liceo femenino. A Hedwig la menciona Kafka en una carta a Brod de agosto de 1907, en la que cuenta que el mayor tiempo lo pasa con dos muchachas:
“Agathe es muy fea y Hedwig también. Hedwig es pequeña y gorda con
cachetes rojos y dientes grandes. También es corta de vista, pero la
forma en que se pone los lentes me fascina. Hoy por la noche soñé con
sus piernas cortas y gordas y de esta manera voy conociendo las bellezas
de esta muchacha de la que me voy enamorando”.
Después de irse ambos de Třešť, Kafka le envió a Hedwig varias cartas, de las que se conservaron catorce. Siguieron escribiéndose un año todavía, pero la relación a distancia no tenía futuro. Hedwig Weiler se casó en 1917 con Leopold Herzk, y los dos sobrevivieron al Holocausto.
De acuerdo con Romana Šťastná, Kafka conoció en Třešť también muchas otras cosas.
“Conoció aquí también la realidad cotidiana de la vida de los obreros, cómo vivían con tan poco dinero, lo que en Praga no había visto nunca. En la ciudad había unas pocas fábricas y entre los pacientes de su tío había muchos obreros. Kafka vio que la vida no siempre era fácil”.
El doctor Löwy fue una persona muy conocida en Třešť y sus alrededores. Fue muy erudito y tenía en casa una extensa biblioteca. En la ciudad, como se había dicho, tenía un consultorio médico y también comenzó a tratar los dientes. Fue el primer médico que hizo empastes en Třešť. Pero, como sostiene Romana Šťastná, la gente lo recordaba más tarde también por otros motivos.
“El doctor Löwy fue el primero en la región en comprarse una
bicicleta con motor. Entonces era algo nunca antes visto. Pero este
milagro técnico no le aguantó mucho tiempo. Cuando volvía a casa tras
haber visitado a un paciente, chocó en la carretera contra un tronco y
se lastimó levemente, pero la bicicleta quedó completamente destruida.
Pronto se compró una motocicleta más sólida. Así llegaba más rápido a
sus pacientes, sin tener que pedir un carro de caballos”.
En la exposición sobre Kafka en la antigua sinagoga se exponen fotografías históricas que muestra al doctor Löwy montando a caballo y también sentado en una motocicleta. En una imagen de julio de 1914 lo empujaban cuatro damas, entre ellas la hermana de Kafka, Ottilie. Otra fotografía refleja al médico sentado en su consultorio. Löwy llegó a Třešť en 1899, después de acabar sus estudios de medicina, señala Romana Šťastná.
“En Třešť se quedó 25 años y durante todo ese tiempo ejerció aquí su
profesión de médico. Cuando Löwy vino a Třešť, la ciudad tenía unos
5000 habitantes de nacionalidad checa y alemana, entre los que había
también muchos judíos. A comienzos del siglo XX los habitantes judíos
locales, sobre todo los emprendedores y propietarios de fábricas,
ayudaron mucho al avance económico, social y cultural de Třešť. La
comunidad judía local era bastante rica, tenía su propia escuela,
sinagoga, hospital y baños. En vista de que en la ciudad vivían dos
nacionalidades, el doctor Löwy tenía que hablar tanto el alemán como el
checo”.
En la casa donde vivió el doctor Löwy, fue instalado en 2001 un busto de Franz Kafka, obra de František Häckel.
Cuando el estado de salud de Franz Kafka empeoró, su tío Löwy estaba con él. En 1924 fue a visitar al enfermo también a Berlín. En verano de 1925, un año después de la muerte de Kafka, el doctor Löwy se jubiló y se fue a vivir a Praga. En octubre de 1942, poco antes de ser enviado al campo de concentración nazi de Terezín, Siegfried Löwy se suicidó.
En 1942 fueron enviados a Terezín también todos los habitantes judíos de la ciudad de Třešť. El Holocausto lo sobrevivieron sólo once judíos de la localidad, pero ninguno regresó a ella.
A las víctimas del Holocausto las recuerda un monumento instalado en el antiguo patio de los presos, por detrás del edificio del Ayuntamiento local.
Y un grupo de alumnos de la escuela local se dedicó a la búsqueda de los vecinos judíos supervivientes de Třešť y lograron localizarlos. A este tema está dedicada una parte de la exposición en la antigua sinagoga de Třešť. La histórica tora de la sinagoga se guarda en el museo de la ciudad.
Después de la llegada al poder de los comunistas en Checoslovaquia, el edificio de la sinagoga sirvió de almacén de verduras y posteriormente de almacén de bastidores y decorados de teatro. En los años 50 compró la sinagoga la Iglesia Husita Checa, que la conserva hasta el presente. Como cuenta Romana Šťastná, se trata de un monumento histórico muy interesante.
“La sinagoga fue edificada poco después de 1672, pero la primera mención escrita sobre ella data de 1693. Su aspecto barroco original se desconoce, ya que en 1824 todo el barrio judío local sufrió un gran incendio. La sinagoga fue restablecida un año después, pero en 1920 el barrio sufrió un incendio más. Entonces la sinagoga fue nuevamente reconstruida y algunas de sus arcadas fueron emparedadas. Después de todos esos arreglos, el aspecto de la antigua sinagoga es único”.
En el antiguo barrio judío local se han conservado numerosas casas de
los tiempos antiguos. Y, del otro lado del arroyo de Třešť, sobre una
pequeña cima se encuentra el palacio de Třešť, de estilo
neorrenacentista, cuyo parque solía visitar Franz Kafka durante sus
estancias en la ciudad. Desde 1984 el palacio está en manos de la
Academia de Ciencias checa, que lo utiliza como hotel. Algunos
conocedores afirman que este palacio sirvió de inspiración a Kafka para
escribir la novela ‘El castillo’, aunque lo cierto es, que Kafka se pudo
haber inspirado en muchos otros lugares.
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